Tengo delante de mí los programas de siete partidos políticos que los predicaron en las últimas elecciones generales, cada uno según piensa el fundador, guiado por algún filósofo, no quiero ser pesado.
Pues bien, tengo la Biblia, que leo todos los días, tanto el Antiguo Testamento, como los Proverbios, como el Nuevo Testamento; y estos señores de los programas no han descubierto nada: todo está dicho y escrito hace miles de años, cuando Salomón. Ahora ellos salen al mundo para hacer de este valle de lágrimas un paraíso.
La diferencia está en que estos señores, que me merecen todo el respeto del mundo, no admiten a Dios, el culto, dicen que es el “opio del pueblo”, etc, etc. Ellos son los dioses, los profetas del s.XXI. Incluso uno se permitió, hace poco, el lujo de decir que si algún día es jefe del gobierno quitaría la Religión de los colegios y rompería las relaciones, tal y como están hoy, con el Papa, es decir el Vaticano. ¡Viva la democracia malentendida!
¿Quién tiene la culpa? El desconocimiento total que se tiene de lo que Cristo predicó y mandó enseñar. Él no quería ser el jefe del gobierno, aunque dijo ser Rey, pero no de este mundo donde reina la corrupción, el odio y para qué seguir, vosotros lo veis.
Todo está en la Biblia, pero Cristo no quiso espadas, ni carros de combate, recuerden lo que pasó en el huerto cuando fueron a apresarlo y uno salió en su defensa y le cortó la oreja a un perseguidor.
Hay otras armas como son el amor y Él lo dijo: “en esto sabrán que son míos”. Muchos de la Iglesia han hecho y hacen barbaridades.
Gracias, Papa Francisco, pero prepárate que van a por ti y pon orden, que Cristo sea conocido. Aprieta a los curas y obispos, que tienen gran responsabilidad. Más pan y menos mantel.