Son dos palabras que raro no se escuchan hoy, pero, ¿sabemos que significan definitivamente? Corrupción, del latín corruptio, igual a vicio, abuso. Democracia, del latín democratia, forma de gobierno en que ejerce la soberanía el pueblo.
Hoy creemos estar en democracia pero, ¿es verdad? En teoría, ni en la práctica, que cada uno opine. Hemos salido de una dictadura, es decir, de un dictador, que es la persona, en la antigua Roma que mandaba sobre le pueblo. Según sus principios será buena o mala.
España, mi querida España, ha sido juguete de los romanos, de los árabes, lo podemos comprobar fácilmente. En 718, Pelayo hizo caer el Califato de Córdoba desde Covadonga, Asturias, y así empezó la Reconquista, pues España era un cúmulo de taifas. Reconquista que duró cinco siglos, hasta los Reyes Católicos, que unieron a todo el pueblo, creando la unidad de España.
Costó mucho, pero se consiguió y es una lástima que algunos, movidos por el odio, rencor, corrupción, quieran romper la unidad empleando una historia falsa, por ejemplo, Cataluña era parte de Aragón.
Cada zona conservaba sus costumbres, su lengua, su religión, pero todos unidos con una lengua común: el castellano.. El Cristianismo fue fundamental y lo vemos desde Covadonga, pasando por el Pilar, Santiago y no quiero ser pesado. La doctrina predicada y vivida por Cristo estaba en toda España, pero respetando la ideología de algunos, como los judíos o los árabes. Recordemos cómo, por ejemplo, convivían en Toledo.
Hoy, que presumimos de democracia, hay algunos pocos que, partiendo de una historia no auténtica, quieren romper España, quieren imponer sus ideas, quieren destruir todo lo que sea religión, como la mía, las campanas, las fiestas patronales de los pueblos y así imponer su dictadura, bajo la capa de democracia.
Debemos tener los ojos bien abiertos y, como dice el libro de los Proverbios, la “ignorancia es la madre de los males”. Se han perdido muchos valores que son necesarios para convivir, se ha perdido en la práctica la democracia, que es igual, bien llevada, a lo que Cristo predicó: “la libertad de los hijos del hombre”.
Poco a poco se van metiendo, levantando el puño cerrado, diciendo y dando medicinas que a la larga nos llevan a una dictadura, a perder dignidad y así llevar la corrupción a la práctica, algo que no sólo está en los políticos, está dentro de todos, pues nacemos con una pequeña semilla que se va haciendo grande y nos lleva al egoísmo, al odio, al deseo de ocupar, pensando no en el pueblo, que la está pasando con muchos problemas, sino logrando que sus libretas de ahorro crezcan sin hacer ruido.
No nos dejemos engañar, que una cosa es prometer y otra gobernar. Hablar es fácil. En democracia, pongo un ejemplo, cuando un Fraga y un Carrillo se dieron el apretón de manos y unidos dieron luz a una constitución, que es algo que no va contra la Biblia, todo lo contrario… ¿hay que renovar algo? ¿Sin quemar contenedores?
Cristo mismo vino y cambió algunos principios, por ejemplo: “se dijo ojo por ojo y diente por diento, pero yo os digo amad a vuestros enemigos”. No tiremos a cristo a la basura.