Con la llegada de la crisis mucha gente lo ha pasado muy mal, incluso se han quedado sin techo con el que cobijarse y sin poder dar de comer a sus hijos. Imagínense ustedes 6 millones de parados, “y no hay trabajo, ¡qué desesperación! y el poco que hay está mal pagado”. ¿Por qué digo todo esto? Señores, ¿quién de ustedes no ha ido durante este tiempo de crisis a darse un capricho en un bar? Y, con toda su buena voluntad y sin poder le ha dado una propina al camarero/a, que muy amablemente le ha servido la mesa. Yo creo que lo hemos hecho todos, yo la primera; pero qué error, en el 80% de los casos, no en todos, la propina se la queda el jefe y sus allegados. Por Dios, ¡qué poca vergüenza!, después de tener a los camareros/as 15 horas seguidas por mil euros al mes en pleno verano. Yo ya he escarmentado, por la parte que me toca jamás dejaré una propina y lo siento mucho por el 20% que se salva. Pero ya está bien de engordes al propietario y encima aguantando malos tratos psicológicos. Conozco un caso en el que después de todo el verano las personas trabajadoras han recibido de propina 23€.
Le pido perdón a ese 20% que no se incluye en estas prácticas, pero por mi parte se acabaron los sobresueldos a los jefes y allegados.
Muy amablemente.