El río se llevó mi cosecha,
la lluvia vino a mojarme,
me dejó junto a la pobreza
sin poder yo alimentarme.
¿Cómo le podré pagar?
si no me quedan reales,
ni la mula quiere andar
por entre los barrizales.
La fruta se quedó helada,
la flor del almendro dañada,
y la tierra está encharcada
por la riada inesperada.
La barraca ya no tiene luz
ni la dispensa trozo de pan,
me cayó encima la cruz
con la fuerza del huracán.
¡Mi amo! yo le quiero pagar
cuando venda los melonares,
y el trigo se pueda trillar
a espalda de los vendavales.
No me venga a desahuciar,
que yo me quiero morir,
sin tenerme que alejar
de la tierra donde nací.