ENTREVISTA PREGONERO 2024
 

Una vida de conocimiento reflejada en un pregón

 
Sábado 31 de agosto de 2024 0 comentarios
 

- Antoni Mas i Miralles, un vecino que ha dedicado su vida a la docencia y la investigación, es el encargado de dar el pregón de las fiestas de Santa Pola 2024

El pregón, históricamente, es el anuncio. El momento en el que una persona se encarga de hacer llegar al pueblo las noticias más importantes sobre la situación política, las mercancías o las enfermedades que sucedían dentro y fuera de su territorio. Actualmente, los pregones se han mantenido de forma simbólica en las fiestas patronales de pueblos y ciudades de España para anunciar la llegada de las fiestas.

El pregonero se convierte durante unos minutos en la voz del pueblo, anunciando que, por fin, comienzan las fiestas y que durante esos días, ritos y tradiciones dejan de ser privados para pasar a ser comunes y compartidos en las calles junto a los vecinos. La figura del pregonero es una pieza fundamental en el transcurso de las fiestas, sin él nunca comenzarían.

Este 2024 la responsabilidad la tiene un vecino muy querido, natural de la localidad que ha dedicado su vida a la investigación y la docencia.

Hablamos de Antoni Mas i Miralles, licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Valencia y doctor en Filología Catalana por la Universidad de Alicante. Comenzó como profesor de instituto, pero su afán de cuestionar e investigar consiguieron que cambiase los pupitres por las bancadas y terminó como profesor e investigador en la Universidad de Alicante.

Un estudiante disciplinado

Para conocer a Antoni hace falta remontarse algunos años atrás, cuando su madre decidió cambiarle de colegio y lo pasó del Virgen de Loreto a Don Ramón, un colegio privado con una sola aula en el que los alumnos recibían una educación casi personalizada de parte de un maestro que procuraba, ante todo, que sus alumnos se graduasen y acabasen los estudios. Cuando llegó a bachillerato (lo que hoy conocemos como ESO) se trasladó a Elche, al Instituto que ahora se llama Sixto Marco en la carretera de Santa Pola.

Mas i Miralles se define como una persona de muchos campos, por eso cuando tuvo que elegir los estudios universitarios dudó entre historia, derecho o filología. Impulsado por su pasión por la literatura y las buenas historias, eligió la tercera opción. Sin embargo, al comenzar, descubrió que la carrera se centraba más en el estudio de la lengua castellana y valenciana, lo cual no le decepcionó.

Sus años en Valencia los considera imprescindibles para su desarrollo personal. Es un fiel defensor de que todas las personas deberían ampliar sus fronteras. Cree que vivir siempre en el mismo lugar te priva de experiencias importantes, pero que esto no afecta al apego por tu lugar de nacimiento. De hecho, él mismo, a pesar de todo, siempre volvió a Santa Pola para los momentos importantes, aquí se casó y aquí sigue viviendo.

El paso de los institutos a la universidad

Su vida laboral ha sido larga y efectiva. Desde pequeño, tenía claro que lo que debía hacer era trabajar. Para pagarse los estudios, trabajó en una empresa de construcción y una vez los acabó, al no encontrar trabajo directamente de ‘lo suyo’ entró en una empresa de abastecimiento de agua.

Hasta que aterrizó en Villena como profesor interino de valenciano en el Instituto Antonio Navarro Santafé. Allí se convirtió en el primer maestro de valenciano de este centro después de la nueva ley que establecía su enseñanza. Recuerda con cariño este primer contacto con la docencia, a pesar de ser un ‘forastero’ los locales le acogieron con mucha ilusión e hicieron de su estancia una experiencia digna de recordar.

Pronto aprobó las oposiciones y volvió al Baix Vinalopó, concretamente al IES Pedro Ibarra de Elche donde se le asignaban cursos de COU. La docencia allí no era mala, pero tampoco le apasionaba. Con los años el temario era repetitivo, pues los que cambiaban eran los alumnos, no el nivel, y poco a poco empezó a sentirse limitado.

Fue entonces cuando decidió dar el salto a la universidad y la investigación. Estuvo cuatro años compaginando las clases en el instituto y en la universidad, pero su salud no le permitía seguir con ese ritmo y tuvo que elegir. Desde la universidad, encantados con su método y sus habilidades no lo dejaron escapar y le ofrecieron una plaza fija. Así, Antoni, se convertiría en profesor universitario e investigador a partes iguales.

Este año su aventura como profesor termina con la misma pasión con la que comenzó. A pesar de su miedo a acabar siendo el ‘típico funcionario que va perdiendo la ilusión’ cree que sus alumnos le recordarán como un hombre responsable que ante todo priorizó una enseñanza didáctica y fructífera.

A pesar de que la investigación aún no la abandona, quiere dedicar este tiempo extra a su nieta, a cuidar su espondilitis haciendo ejercicio y a seguir empapándose de cultura a través de la literatura, el cine, el teatro o la música.

La investigación: demasiados temas sin estudiar

El campo del conocimiento es algo de lo que uno no se puede jubilar, para una persona que ha dedicado su vida a investigar y difundir nuevos conocimientos es muy complicado renunciar a seguir investigando. Mas i Miralles tiene claro que va a continuar.

Ahora mismo está enfrascado en la edición de un Flos Sanctorum valenciano, un libro del siglo XIV que recoge los santos de cada día, su celebración y su adoración. Lleva trabajando en él más de 10 años y con el sexto volumen que publicará el próximo año cerrará la colección del libro más leído de su época después de la Biblia.

Tras esto quiere continuar con la historia del pueblo ‘me he encontrado que partía de cero, no existían estudios filológicos de Santa Pola’, declara. Es por eso que ha recopilado y editado en un libro todos sus estudios para ofrecerle un regalo a su pueblo. Aún no sabe cuándo lo presentará, ya que coincide con el año de pregonero y lo último que quiere es ‘ser un pesado’.

Para él, la investigación es una lucha constante por aprender a poner límites. Cuanto más investiga más puertas y ventanas se abren, lo que deja los campos de estudio incompletos, siempre queda algo que explorar. ‘La investigación es infinita y hasta que llegas a concienciarte de que tú tienes que hacer una parte finita es complicado’, comenta con cierta tristeza.

Penya el Tro

Además de todo, a ‘Toni’ en el pueblo se le conoce por ser uno de los fundadores de la ‘Penya el Tro’ que trajo de vuelta la traca del 7 de septiembre en el Castillo. La idea surgió porque, como buen valenciano, le apasiona la pólvora y un día junto a sus amigos vio que una mascletà de las Hogueras de San Juan de Alicante costaba 500 mil pesetas, es decir, si cien personas aportaban 5 mil pesetas cada una era una meta alcanzable.

Con un poco de insistencia lo consiguieron y hasta hace unos años eran los encargados de poner ruido en la noche del 7 al 8 de septiembre. Por temas burocráticos y la pandemia la agrupación ha tenido que parar su actividad, pero su eco continúa: la traca seguirá teniendo lugar, esta vez organizada por el Ayuntamiento.

El pregón y las fiestas

No quiere ser revelador, le gustaría que el contenido del pregón fuese sorpresa, al hablar de él se nota la ilusión con la que ha sido escrito. Confiesa que no ha puesto todo lo que querría y que hay cosas que han tenido que quedar en el tintero, pero era consciente de los límites y, dentro de ellos, augura un emotivo discurso que reflejará bien quién es Antoni Mas i Miralles y porqué es pregonero 2024.

No esperaba una propuesta así, hace años tenía claro que él quería dar este discurso festivo, pero hace poco había tirado la toalla, tampoco le preocupaba. Por eso, cuando en enero lo llamaron para darle la noticia se sintió no solo sorprendido, sino también enormemente agradecido.

Sobre las fiestas tiene claro que prioriza todas aquellas actividades que son de participación, es decir, en las que el pueblo adquiere un papel activo. Habla de ellas con admiración, un momento especial por el ambiente, el sentimiento de pertenencia y los recuerdos que estas evocan.

De ellas sólo cambiaría los días de barraca, los ve excesivos, cree que se pueden complementar con otras actividades culturales, ya que siempre hemos disfrutado de conciertos, zarzuela, teatro, etc. ‘Salir ocho noches de barraca es cansado y las fiestas también pueden ser una oportunidad para vivir la cultura’, declara. Espera que en el futuro evolucionen hacia un momento de encuentro en el que la gente participe respetando los valores ecologistas, de salud, sociales, etc. y en un ambiente de tolerancia y de solidaridad.

La fórmula de la felicidad

Antoni no solo destaca por su trabajo en el ámbito académico, sino que en el terreno emocional supera a muchos de los gurús contemporáneos. Es consciente que quedan muchas cosas en el tintero después de jubilarse, pero prefiere no pensar en ellas porque eso le produciría cierta inestabilidad. Defiende que conforme vas creciendo las aspiraciones y preocupaciones van cambiando. Así como ahora piensa que podría haber aprovechado mejor su etapa escolar, tiene claro que, si alguna vez alguien le sugirió de joven que aspirara a un cargo político, hoy les respondería que ni en sueños.

Nunca ha sido de grandes metas por la frustración que desencadenaría no alcanzarlas. De hecho, nunca ha sido de metas, sino más bien de ir remando con su realidad e ir adaptándola para crear nuevos sueños. Se atreve, incluso, a dar la fórmula de la felicidad: ‘es una ecuación muy fácil en la que actúan tus aspiraciones y tu realidad, cuantas más altas las primeras y más baja la segunda, más infeliz eres. Hay que procurar que ambas vayan en sintonía’, declara.

A nivel colectivo, como sociedad, para Mas i Miralles no estamos empleando bien esa fórmula, no ve un buen futuro y eso le hace estar intranquilo. No comprende cómo a pesar de los avances en conocimiento e investigación, sigamos teniendo problemas como el cambio climático o permitiendo genocidios como el de Palestina. Toda esta miseria se la imputa al modelo económico y a las instituciones que lo sostienen, está convencido de que nos han engañado a base de crear falsas expectativas que deterioran nuestra calidad de vida.

Antoni Mas i Miralles no es solo el pregonero de las fiestas 2024, tampoco es solo un profesor de universidad o un investigador; es de ese tipo de personas con las que los cafés se hacen cortos y las horas infinitas porque la experiencia le ha dado anécdotas, historias y conocimientos para que la vida se pare cuando tienes la oportunidad de escucharlo hablar.

 

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