Como cada Domingo de Ramos, los niños se convirtieron en los auténticos protagonistas de la procesión de las Palmas celebrada en nuestra Villa Marinera. Así lo recalcó el párroco, José Navarro, instantes antes de bendecir las palmas, ramos y ramos de olivos que portaban las cientos de personas que se acercaron hasta la Glorieta para participar en la procesión.
“Ésta es una tradición religiosa popular en ambiente de fiesta y hemos hecho partícipes de manera especial a los niños, que son la alegría de esta fiesta y este encuentro, de generación en generación vamos transmitiendo la buena noticia que el Señor Jesús nos ofreció: esa profundidad y esa inmensidad del amor que todos vivimos día a día”, señaló el párroco José Navarro.
Y es que como es costumbre, el Domingo de Ramos muchas personas, pero especialmente los niños, estrenan ropa nueva que anuncia el comienzo casi oficioso de la primavera. Fue una mañana brillante y con un tiempo espléndido.
Como en años anteriores, se notó la ausencia de San Juan de la Palma, que no procesiona por discrepancias internas de la Cofradía. Solo salió la imagen de Jesús Triunfante.
En el transcurso del acto también se leyó el pasaje del Evangelio en el que se relata la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén a lomos de una borrica y cómo la gente le aclamaba con palmas y ramas de olivo. De ahí la tradición que hemos heredado hasta nuestros días y que aún hoy se sigue celebrando entre los cristianos.
Participaron también en la procesión con la que se inaugura, según la tradición cristiana, la Semana Santa, representantes de las once cofradías santapoleras con sus estandartes, además de autoridades locales como el alcalde, Miguel Zaragoza; la jueza de Paz, María José Gómez Polo y los máximos responsables de la Policía Local y de la Guardia Civil de Santa Pola.
Y concluida la procesión se celebró la tradicional misa. Los vecinos de Playa Lisa también tuvieron ocasión de celebrar el acto de la bendición de las palmas y la posterior misa en su parroquia de San Antonio de Padua.