
Cientos de santapoleros y también visitantes mostraron su devoción a la Virgen de Loreto este lunes 29 de agosto en un acto que año tras año va congregando más fieles: la “bajada” de la Patrona para colocarle las joyas y prepararla para las Fiestas. Y es que muchos no quieren esperar al 7 de septiembre para poder besar a la Virgen y pedirle su protección y amparo.
Este año incluso hubo un poco de adelanto respecto a la hora prevista para bajar a la Virgen –a mediodía, con el Angelus– y los devotos fueron desfilando ininterrumpidamente durante casi tres horas.
Pero los indiscutibles protagonistas de este acto son los bebés. Son sobre todo sus madres y abuelas las que se acercan para presentarlos ante la Virgen y quedarse con una tierna y emotiva imagen. La Camarera María Cristina Bonmatí los cogía en brazos y los acercaba a la Patrona y las reacciones eran de lo más variado: miradas de sorpresa, intentos de coger a la Virgen, llantos o plácidos sueños. Y es que el día 7, el de la Ofrenda de Flores, se hace muy tarde para los bebés y cada vez más personas prefieren acercarse a ver a la Virgen el día de la “bajada”.
Eso sí, para presentarse ante la Virgen no puede faltar la tradicional cinta ideada por las Camareras con la imagen impresa de la Patrona y que tiene la misma medida que la imagen. Este año se han batido todos los records también y se han vendido, al precio de dos euros, más cintas que nunca: un total de 650 metros. El dinero que consiguen las Camareras, junto a las donaciones que realizan los devotos a lo largo de todo el año, sirve para mantener los gastos de la Virgen. Así, es la propia Mare de Déu de Loreto la que corre con todos sus gastos y los de su Capilla del Castillo.
Además de bebés, personas de todas las edades se acercaron a mostrar su devoción a la Virgen, algunos de ellos visiblemente emocionados.
Mención aparte tienen quienes, cumpliendo una promesa, han querido realizar la donación de alguna joya. Este año ha habido tres “imposiciones”. Una de ellas fue expresamente realizada para que la llevase el niño, un crucifijo por un tema de estudios. Pepi Boronat le colocó una medalla a la Virgen como promesa por un infarto que sufrió su cuñado y del que se sobrepuso. Y la edil Loreto Cascales le impuso otra medalla por una promesa.
También fue muy emotivo el momento en el que la joven María Martínez cambio las coronas a la Virgen y al Niño. Las Camareras le han permitido realizar este gesto tras saber que tuvo un grave accidente del que ya está prácticamente recuperada y ella les agradece haber podido participar en algo tan importante. Un año más han estado presentes durante el acto de la “bajada” de la Patrona, pendientes de todo, las siguientes Camareras de la Virgen: Josefa González, Antonia Martínez, Gertrudis Bonmatí, Ana Lafuente, Loreto González y María Cristina Bonmatí.