
Francisco Pérez Sempere fue uno de los pescadores que el pasado martes tuvieron un sentido reconocimiento por su trayectoria profesional y por haber cumplido este año los ochenta años. Desde los 14 años, su vida laboral ha estado ligada a la mar. “He trabajado de todo en todo tipo de barcos, desde petroleros hasta en barcos japoneses, desde la pesca en la Bahía hasta faenar en aguas de Argelia o Senegal “.
Un hermoso, pero complicadísimo sector, al que ha dedicado toda una vida y del que confiesa que “cada día está peor. Y eso que subirte a un barco es lo último, porque ya no se gana dinero y, aunque antes tampoco, la vida no cuesta lo mismo que hace treinta años”.
Continuaba apuntando que, hoy en día, es la única salida que queda para mucha gente joven que se encuentra sin trabajo, “pero esto no va a ser como antes, que había entre 150 y 200 barcos. Hoy en día sólo hay unos veinte”.
Francisco Pérez es sólo uno de los muchos marineros, familiares, amigos y santapoleros que quisieron acompañar a la Patrona de todos aquellos que se embarcan en busca del sustento de su familia. Los actos recorrieron desde la más ferviente solemnidad (como la misa o la ofrenda), hasta la muestra unos de los mayores exponentes de ese carácter tan particular, tan santapolero, como es el caso de Paco “El Trobero” (al que este año respetaron los nervios y tuvo rimas desde la Patrona hasta el Alcalde, pasando por el Patrón Mayor y nuestra hermosa villa).
Centenares de personas abarrotaron el lunes la Calle del Muelle para, finalmente, honrar a la Virgen, en el arco de su capilla, con un manto de Flores. El martes, la acompañaron en procesión a lo largo y ancho del Puerto, flanqueada por la presencia de la Banda Unión Musical y los cantos de la Coral Levantina, que interpretó la hermosa Salve Marinera.