
Los vecinos de un edificio de la calle Ramón y Cajal, junto a Correos, llevan varias semanas pensándoselo dos veces antes de subir a la terraza. “El otro día me parecía que estuviese viviendo la película de Hitchcock ‘Los pájaros’”, relata una vecina. Y es que en la terraza de al lado han anidado las gaviotas y los ejemplares mayores, por el instinto de proteger a las crías, atacan a cualquier persona que sube a la azotea. “Lo único que pude hacer un día para intentar protegerme es ponerme el barreño de tender la ropa en la cabeza”, comenta otra vecina. Otros han optado por dejar de subir a la azotea a tender la ropa y utilizan la secadora, a pesar del buen tiempo. Y otros vecinos suben en pareja a la terraza y mientras la mujer tiende la ropa, el marido trata de ahuyentarlas provisto de un palo “y aún así te atacan, sin que les hayas hecho nada”, comenta.
Hace unas dos semanas una de las vecinas fue al Ayuntamiento y la remitieron al Centro de Recuperación de Alicante. El ayudante de cuidado de fauna Agustín Mollá trató de capturar a las crías, pero “como ya son grandes, caminaban y se ponían al borde de la azotea, con lo que había peligro de que cayeran a la calle”, indica. Así, este año nada más se puede hacer y sólo hay que esperar que las crías se hagan mayores, en unas semanas, y se marchen.
La especie que ha anidado en esta azotea es la gaviota patiamarilla que, según explican desde el Parque Natural de las Salinas “es muy colonizadora y agresiva, sobre todo cuando está en época de cría”. De hecho, técnicos del parque llevan ya dos años realizando descartes –eliminando los nidos y los huevos– en zonas próxima a éste como el parque de atracciones Polapark, algunas viviendas de la avenida Zaragoza e incluso el campo de fútbol, donde también suelen anidar. Ellos pueden actuar sólo en esta zona, por lo que cara al próximo año, desde el Centro de Recuperación de Alicante se les ha recomendado a los propios vecinos que, de volver a anidar las gaviotas, estén pendientes y sean ellos mismos los que destruyan el nido y los huevos, para no tener problemas otra vez. Hay que tener en cuenta que esta especie vive en colonias, por lo que si detectan lo que ellas consideran como una amenaza, lanzan un “grito” de auxilio y todas acuden a defender a los polluelos.