Una vez más, y ya van cuatro, los integrantes de la Quinta del 68 se daban cita en Santa Pola, concretamente en el Templete de La Glorieta, para mantener vivos los lazos de amistad que los unen. Este colectivo, “unido bajo la seña del Servicio Militar y que se mantiene gracias a la alegría, armonía y complacencia de todos”, tal y como indicaba Juan José Amador, se sigue sintiendo. Tras la foto de grupo, desfilaron por la calle Muelle “sin interrumpir el tráfico” y recibiendo los saludos de sorprendidos viandantes extranjeros.
Así, llegaron a la capilla de la Virgen del Carmen “a la que llevamos flores y dedicamos tanto la Oración como la Salve Marinera. Es un acto en el que rendimos memoria no sólo a los amigos ausentes, sino también a los cuatro o cinco que están enfermos y que no han podido acompañarnos”, apuntaba Luis Benesíu. Silvestre Martínez, por su parte, declaraba que “es un placer contar, un año más, con tantos y tan buenos amigos. Una reunión que no sería posible sin el trabajo de Rafael y su equipo, por lo que les pido que no se cansen nunca.
Vicente García, que también se mostraba encantado con la ocasión, señaló que ésta no sólo sirve para disfrutar de un buen caldero de Santa Pola, “también para ponernos al día, ver cómo han ido creciendo las familias y comentar lo más destacado del año. También, cómo no, recordamos anécdotas y alguna que otra barrabasada que hicimos en el pasado. Por mi parte, yo no he faltado a ninguna de las convocadas y espero que siga así durante muchos años”.
Justamente cuando estaban cantando la Salve Marinera en la Capilla de la Virgen del Carmen, pasó por allí el popular y conocido cantante Micky, que se interesó no sólo por el motivo de una reunión tan particular, sino por la originalidad de las tonadas.
Al finalizar el solemne acto a la virgen, todo el grupo quiso saludar al conocido intérprete y hacerse una foto de grupo, al tiempo que cantaban algunas estrofas de la eurovisiva canción “Enséñame a cantar”.