Con el nombre de “Ayúdame a recuperarme” se pone en marcha un ambicioso Programa de Educación Ambiental promovido por la Oficina del Voluntariado de Santa Pola en colaboración con la Concejalía de Ecoparque y de Parques y Jardines. Guarderías, centros escolares, institutos y la educación para adultos (EPA) son los destinatarios de este proyecto, que tras experiencias pilotos, nace firmemente con el fin de sensibilizar y concienciar a la sociedad en el cuidado del medio ambiente, desarrollar hábitos de consumo más racionales, educar en pro del reciclaje y del buen uso de los recursos naturales.
El programa se desarrolló en base a tres líneas de actuación básicas siendo la primera de ellas la Educación en Valores, porque como bien ha explicado la coordinadora de la oficina del Voluntariado, Mati P. Quislant, contribuir al cuidado y preservación del medio ambiente lleva implícito principios tan importantes como el respeto o la responsabilidad, lo que contribuirá a formar ciudadanos responsables y cuidadosos de la vida futura. En este bloque de trabajo se han diseñado diversos talleres bajo el nombre de “Cada residuo en su sitio”, con lo que se pretende que los alumnos reciclen no sólo en las aulas sino que trasladen esas prácticas respetuosas con el medio ambiente a sus casas. Asimismo, también podrán observar a través de un documental cómo es el proceso de reciclaje en la localidad, e incluso no se descarta hacer una visita a la planta de reciclaje así como diversas excursiones para conocer nuestro entorno natural.
En el marco de la Educación en Valores también nos encontramos con “Cosas que no se acaban nunca”, incluyendo un taller de elaboración de jabón y una novedosa actividad en la que los alumnos podrán dejar volar su imaginación y elaborar juguetes o accesorios con materiales que aparentemente son inservibles. Para reducir el consumo han ideado el taller “Utiliza las cosas con cabeza” así como “Mi cole sin ruidos”.
Otra de la líneas que trabaja este Programa de Educación Ambiental es la creación de huertos ecológicos y jardines escolares, actividades lúdicas y dinámicas con las que se consigue que entorno y niños interactúen “El primer centro en llevar a cabo esta actividad ha sido el Joanot Martorell. Es muy bonito ver como los más pequeños se divierten preparando la tierra, plantando semillas, regando… De esta forma se establece un contacto real con la naturaleza”.
Como novedad se ha instaurado el banco de libros que empezará a estar operativo a partir del próximo mes de marzo “Se trata de reutilizar los libros de texto. Consiste en que los alumnos que así lo deseen, dejarán al final del curso, sus libros en el aula para que los pueda utilizar otra persona que inicie ese curso escolar. Esta reutilización de libros contribuye a aliviar el gasto en material escolar a las familias y más dada la actual coyuntura económica, es decir, ahorran una importante cantidad de dinero al mismo tiempo que se reduce el consumo de papel. Tal y como ha explicado la coordinadora de la Oficina del Voluntariado, cada bloque temático contará con sus propios objetivos, metodología, actividades y evaluación, y serán los propios centros, los que en función de sus horarios o disponibilidad determinen qué actividad desean que se imparta y durante cuanto tiempo.
Decir que esto es posible gracias a la labor desinteresada y altruista de seis voluntarios que se han implicado, sacrificado y esforzado para que este proyecto no solo sea un borrador sobre la mesa, y se convierta en una realidad tangible. “El respeto por el medio ambiente no es cuestión de una moda más o menos pasajera, ni una postura snob, se trata de una manera de mejorar a corto y, sobre todo a largo plazo, nuestra calidad de vida. Es una necesidad de supervivencia respetar el medio en el que vivimos y, al mismo tiempo, aprendemos a respetar a los demás”, ha concluido Quislant.