El coach deportivo Joaquín Valentí, realizó una charla organizada por Los Garneros en la Casa de Cultura, junto a la pediatra y cardióloga infantil Míriam Romero, en la que intervino para hablar sobre cómo reconocer y gestionar las emociones y conocer la repercusión que éstas tienen en la salud.
Comenzó hace más de diez años centrándose en el desarrollo personal, “y fue a través de vivir situaciones personales complicadas cuando te das cuenta de que necesitas aprender ciertas habilidades para superar problemas”. En ese viaje personal, se dio cuenta que gracias al coaching pudo superarlas. “Me dije que, si yo puedo superarlo, puedo ayudar a otras personas a hacerlo. Gestión de miedos, emociones, falta de confianza en uno mismo, inseguridades...”.
Siempre ha sido amante del deporte, concretamente del fútbol, donde comprobó que se trabaja mucho la parte técnica, física, táctica del deportista, “pero la cabeza es la gran olvidada. La ausencia a la hora de aprender a gestionar las emociones, cómo tratar con los padres, cómo gestionar para que sus hijos practiquen deporte, etc.”. Comenzó en el club de su localidad de nacimiento, Guardamar y ha trabajado en muchísimos de toda España, “incluso en canteras de Primera División, como el Getafe o el Rayo”.
A niños, adolescentes y familias
Con su trabajo, ayuda desde a niños de ocho o nueve años hasta adolescentes y familias, a que tengan una convivencia positiva en el entorno familiar, “y a los adolescentes, entrenarlos para la vida. Porque reciben muchos conocimientos, muchas materias, pero al primer portazo se vienen abajo”.
Actualmente, está focalizado en el coaching deportivo, en la mayoría de los casos muy relacionado con el ámbito del fútbol, de todas las edades y categorías. Pero también entrenadores, con los que trabaja en materia de liderazgo, “cómo afrontar ciertas circunstancias que se plantean en el vestuario, porque no se les forma sobre esto al obtener la titulación”.
Además, lleva casi diez años trabajando en una escuela de porteros “porque el trabajo mental del portero es fundamental”, declara Joaquín, quien ha desarrollado una metodología para poder ayudar a los porteros a ser más fuertes mentalmente, “porque el portero es un jugador especial, ya que tiene que estar muy concentrado, no puede tener casi ningún fallo, porque un pequeño error le puede costar un gol al equipo”. Aportaba además, que muchos chavales no quieren ser porteros “porque están muy señalados en los partidos. Se les mira con lupa, incluso los propios compañeros”.
Educar en valores
Considera que debería existir una figura similar al coach emocional en todos los clubs, sobre todo las escuelas deportivas y deporte base. “Yo creo que debería existir la figura que ayude a los futbolistas, a los entrenadores y a los padres a gestionar el tema emocional, porque estamos viendo cada fin de semana, en muchos campos de fútbol de toda España, peleas al final de los partidos”.
En su opinión, la falta de respeto generalizada que se puede contemplar en muchos partidos en los que juegan niños está llegando a un límite, “y creo que el fútbol debe educar en valores. Si no es así, si priorizamos el ganar, el marcar más goles que el otro, a costa de lo que sea” nos alejamos del espíritu del deporte.
Cuando acude a un club, le gusta centrarse en el respeto, el compañerismo, la disciplina, el compromiso, “además de aportarles la base de valores. Esto es algo totalmente compatible con competir, ambas pueden coexistir, y permite que uno crezca como deportista y como persona”.
Camisetas sí, gestión emocional, no
Le resulta paradójico a Joaquín Valentí que los clubes y familias destinen fondos para camisetas, para mochilas, para material de todo tipo, “pero en la gestión emocional no. No hay dinero, nunca hay presupuesto”. El problema, cuando acuden en busca de su ayuda, ya se ha enquistado, “y muchos no tienen solución. Chavales que tienen problemas dentro del equipo, entrenadores que no tienen la habilidad para gestionar situaciones, padres que no están a la altura de la situación, bien porque el equipo está en descenso, bien porque están primeros y hay presión. La presión termina afectando a los padres, al entrenador y a los futbolistas”.
Considera que, a partir de los 7 u 8 años, se empiece a trabajar en la gestión emocional a nivel equipo, para que adquieran unos conocimientos de base que no sólo van a servir para el juego, también para la vida, para trabajar en cualquier empresa. Un trabajo que se puede hacer a nivel individual y colectivo, aunque los clubes optan más por este sistema, “porque no es el mismo coste tener una persona, una vez al mes, que una persona todos los días del mes. Aunque yo trabajo de las dos maneras, pues puedo dar charlas en un club y, posteriormente, acuden algunos jugadores a mí de manera directa”.
Lo ideal es trabajar desde los dos ámbitos, individual y colectivo, pero el trabajo individual es altamente importante, “porque muchos padres me traen a sus hijos cuando ya están en una situación muy complicada. Yo soy amante de la prevención, cuanto más prevengan las cosas, cuesta menos solucionarlas”. De hecho, asegura que en las primeras sesiones ya se notan resultados. “Para mí, lo importante son los valores, luego en el fútbol llegará donde tenga que llegar, pero hay que saber afrontar lo que te pone la vida por delante. Y eso no tiene precio”.
Bajar o ganar
Acuden los conjuntos deportivos, generalmente por dos motivos, o porque quieren ganar la liga o porque quieren evitar el descenso. “He tenido mucha suerte de estar en equipos donde he conseguido salvarlos, aportando mi granito de arena, y en otros donde lo hemos ganado todo. Por eso creo tanto en lo que hago, porque he visto muy buenos resultados y aparte, un cambio de actitud de los chavales”.
Cuenta el caso de hace dos temporadas, en el club Benferri, en Preferente, tras doce partidos sin ganar, siendo los nueve últimos nueve derrotas consecutivas. Estaban en descenso y quedaban doce encuentros por delante. “Hablé con el entrenador, dimos algunos cambios al equipo, me convocó a los chavales, hablamos y a partir de entrar a trabajar con el cuerpo técnico, ese conjunto no perdió ni un solo partido. Quedó el octavo a final de liga”.
También ha habido casos de conseguir ascensos, con el Intercity, “que estaba pasando una racha complicada de resultados. Me pidieron echarles una mano y trabajé con ellos en esa recta final, cohesionando al equipo, que contaba con un nivel espectacular en jugadores y cuerpo técnico. La suerte nos sonrió y ascendimos a Tercera División, clasificándose para jugar un Palyoff y tener la posibilidad de jugar al año siguiente la Copa del Rey”.
Filosofía
Principalmente, crecer como persona, buscar el equilibrio que permita vivir de una forma más satisfactoria. Su trabajo es completamente compatible con alguien que está recibiendo terapia psicológica, “porque se aprenderá por las dos partes”. Él tiene una metodología, “mi caja de herramientas”, que parte siempre de un análisis previo, “acudir a la raíz. No vale con tomarse una pastilla que te quite el dolor de cabeza, porque eso es matar el síntoma. Hay que comprobar el motivo, bien porque no se duerme bien, porque se tiene mucho trabajo, mucho estrés. Antes de dar una medicación hay que prevenir. Si mejoramos la raíz, mejoraremos todo”.
Saber hablar a los niños
A todos los padres recomienda que tengan niños en el mundo del deporte, porque aumentará esa educación en valores, “y les digo que entren también a la sesión, no sólo sus hijos. Son ellos quienes están todo el día con los chavales y cuantas más herramientas tengan, mejor les irá”. Las charlas que ha estado dando de forma desinteresada van orientadas, “a aprender gestión emocional, enfocada en cómo hablamos a nuestros hijos antes del entrenamiento, durante y después del partido. Eso hará que el deporte sea para ellos una herramienta de disfrute o un martirio estresante y que quieran abandonarlo por culpa de los mensajes que reciben desde fuera”.
Pero... ¿cómo se ha de hablar antes de un partido?. Pues como se hace pocas veces, “hablando de valores, de que disfrute con los compañeros, que respete a los árbitros, que se lo pase bien, que pase lo que pase confían en él. Al deportista, en este caso, estos consejos le permitirán tener un momento agradable, no acudir a un partido para sufrir sólo porque las cosas no salen como quieren o pierden un partido. No pasa nada, es un error”.
Cuando se termina un partido, lo primero que se le pregunta al chaval que sale del campo, tanto sus amigos como familiares, es si se ha ganado o perdido, “y si ha perdido, por cuántos goles. Estamos fuera de lugar, porque habría que preguntar si se lo ha pasado bien, si ha hecho amigos, si ha disfrutado, y terminar pasando el fin de semana en familia y disfrutando del deporte. No machacar, no decir cómo tenía que haber pasado el balón, cómo tenía que haber actuado con otros jugadores...”.
Pilar fundamental
La nutrición es para el coach deportivo algo fundamental, porque “tenemos que empezar a hablar de la psiquiatría nutricional. De cómo nuestra alimentación influye en nuestro estado de ánimo. Veo en los entrenamientos, en los partidos, en el día a día cómo los niños comen fatal. Chucherías, bollería industrial y más cosas que provocarán personas enfermas dentro de unos años. La alimentación es vital para tener niños sanos, no hace falta ser un genio”.
Si es así para cualquier persona, para un deportista es el centro. Alimentarse bien depende, principalmente, de los padres, pues son los que hacen la compra en el supermercado. “Esta mejora en la alimentación no sólo le permitirá un mejor desempeño, también una mejora a nivel inmunológico, emocional...”.
Para estos padres de deportistas, recomienda especialmente la lectura de “Hábitos Atómicos”, un gran libro que ayuda a crear buenos hábitos en tu vida, “porque si se plantan buenos hábitos, se cosechan buenas cosas. Para cualquiera que desee realizar cambios en su vida, es fundamental”.
Cualquier persona o club interesado puede contactar con él a través de WhatsApp en el número 630.359.884 o mediante mensaje privado en Instagram en: @joaquin.valenti.