Días atrás me hicieron llegar una de esas “cartas” que usted escribe en las redes sociales, y que publicó recientemente como contestación a una nota de prensa del Grupo Popular en la que cuestionábamos el criterio del equipo de gobierno al que usted pertenece, sobre la organización de eventos dentro del patio de armas del castillo. En ella, simplemente manifestábamos algunas de nuestras dudas (parte fundamental del trabajo de un partido de la oposición en democracia), en cuanto a por qué la Feria Medieval sí, y la Feria de la Media Maratón no.
Insisto nuevamente en afirmar el favorable impacto turístico de la Feria Medieval en el Castillo, así como también en la organización de otros actos que se puedan programar siempre de manera racional y cumpliendo con los criterios de conservación y seguridad, tanto del propio Castillo como de los ciudadanos.
Nuestro Castillo es el alma de los santapoleros, forma parte de nuestra cultura y nuestra historia y además tenemos la inmensa suerte, a diferencia de otras ciudades, de tenerlo en el mismo centro urbano. Organizar eventos que sean acordes con el entorno tiene efecto beneficioso para la ciudad, tanto por la imagen que proyectamos, como por el enriquecimiento de la vida social de los vecinos y visitantes. El desarrollo de actos culturales, religiosos o deportivos, además, también favorecen el crecimiento comercial del centro de la ciudad y a los propios comerciantes.
No voy a entrar en discusión con usted en cuanto al contenido de su “misiva”. Usted expone su criterio y yo tengo otro diferente. Usted me llama demagogo y yo le digo que, o bien está equivocado, o bien no dice toda la verdad. Esta diferencia de criterio podríamos discutirla “educadamente” y con “normalidad”, como suelo hacerlo con todos sus compañeros del equipo de gobierno. Sin embargo, pareciera que usted estuviese situado en el odio y el revanchismo por los términos y la actitud en la que se expresa hacia mi persona en particular.
Sr. Paco Soler: no somos enemigos. Tenemos diferencias políticas, y aunque hace poco más de un año usted no tenía reparo en mostrar públicamente su afinidad al gobierno popular, hoy es un concejal electo que ocupa una posición diferente, y yo lo respeto. Ahora bien: le exijo a usted el mismo respeto. Utilizar de manera gratuita el insulto, la burla, ese estilo zafio y agresivo que esgrime para defender sus argumentos, opino que flaco favor se hace usted mismo, y no conduce a nada más que al enfrentamiento.
Tampoco voy a entrar en su provocación. Mis padres me educaron en unos valores y me enseñaron a respetar a los demás, y por supuesto no va conmigo utilizar la descalificación ni el insulto. Recuerde que es concejal de un pueblo, y aquí nos conocemos todos, así que seguramente con usted lo tendría fácil. Pero no voy a caer en esa tentación y me limitaré a reprobarle públicamente ese tipo de manifestaciones que hace de manera irrespetuosa y ofensiva.
Sr. Soler, yo también tengo familia y amigos que me quieren, y cuando usted trata de ofenderme, les ofende a ellos. Esto personalmente sí me afecta, y creo que se escapa a toda discrepancia política. Tampoco entiendo cómo algunas personas que conozco y con las que me cruzo a diario, le aplauden ese comportamiento y le arengan en esa actitud. En algunas de ellas es incomprensible.
Sr. Paco Soler, somos Concejales del Ayuntamiento de Santa Pola, y forma parte de nuestras obligaciones dar un buen ejemplo a nuestros vecinos. El respeto y la tolerancia entre nosotros es la imagen que les debemos transmitir, además de ser responsabilidad nuestra conducir por ese cauce tanto la tarea de oposición como la de gobierno. Lo contrario es fomentar la crispación, el enfrentamiento y el odio, y para eso conmigo no cuente. Cuídese usted también.