El Cadete A del Santa Pola CF se enfrentaba el pasado fin de semana a su segundo partido en tres días. El choque, que se presuponía que iba a ser un encuentro disputado contra el segundo clasificado. Los chicos de Christian iban mentalizados de que iba a ser un partido con muchas dificultades, tanto internas como externas, a lo que se le sumaría la lluvia que llegó a caer en los 20 minutos que el colegiado hizo esperar a los 22 jugadores preparados en el terreno de juego mientras él estaba en el vestuario. El partido empezó con un claro dominio de los visitantes bajo el diluvio, con una buena salida de balón, buena circulación y disparos a puerta sin suerte. A los 10 minutos, un saque de banda de Hache, provocó que el defensa agarrase a Ramón que ya encaraba dirección portería, derribando al jugador y señalando el penalti, que el mismo Ramón se encargaba de ejecutar magistralmente, aumentando su cuenta goleadora a 7 goles en 3 partidos, alzándose como pichichi de la categoría.
El partido discurría como había empezado, dominio absoluto de los rojiblancos que seguían con un juego brillante por momentos, en los que el rival se veía sobrepasado y solo podía lanzar balones sin trenzar una sola jugada de peligro mas allá de una falta magistralmente lanzada que acabó estrellándose en la madera. Este sería el único disparo entre los tres palos.
La segunda parte fue un calco de la primera, con los visitantes ejerciendo un gran dominio del balón, finalizando jugadas sin poder perforar la portería local. Iban pasando los minutos, y los locales estiraban las líneas hacia delante, dejando huecos a la espalda de los defensores. Los locales, con intentos de cortar el ritmo de los rojiblancos, utilizaban cualquier treta con tal de que pasara el tiempo con la inestimable colaboración del señor colegiado, que honestamente, no tuvo su mejor día. Cosa que quedó claro a falta de 3 minutos, en uno de los únicos acercamientos con peligro de ellos, un pelotazo del central, unido a un mal despeje del central, y cuando el portero ya tenia el esférico en su control con las dos manos, un golpe del delantero rival, en una jugada que claramente debió el árbitro señalizar falta del delantero, acabó con el gol local contra la desesperación de jugadores y aficionados visitantes, que vieron clarísimamente como les acababan de destrozar el gran partido que hicieron los chicos de Christian.
A partir de ahí, los 3 minutos restantes mas los pírricos dos minutos que dio el colegiado, fueron una continua perdida de tiempo por parte local no disputándose absolutamente nada. Con el pitido final, lo celebraron como si hubiesen logrado la victoria.