En tiempos donde los valores sociales parecen estar cada vez más en entredicho, se antoja fundamental educar en la igualdad, el respeto y la tolerancia. Por ello desde la Escuela de Verano del FC Bahía Santa Pola se está desarrollando un proyecto que tiene como principales objetivos la inclusión y el desarrollo personal y social de personas que presentan necesidades educativas especiales (Síndrome de Down, TEA, Trastorno del Desarrollo Intelectual, etc.).
Para poder conocer un poco más a fondo el trabajo que realizan en la escuela de verano del club santapolero hemos charlado con Andrés “El Monsa”, máximo responsable del funcionamiento de la misma.
¿Cuándo comenzó a desarrollarse este proyecto de inclusión social?
Esto fue una iniciativa del FC Bahía Santa Pola. Se nos ocurrió tras observar que, a medida que se jugaban los partidos de fútbol del primer equipo, venía mucha gente de Educación Especial a vernos. El presidente, Vicente López, y yo estuvimos comentando qué podíamos hacer para que estos chicos se integraran por mediación del deporte y mejorasen sus cualidades coordinativas, físicas y asociativas. Empezamos en el año 2014 con la ayuda de la entidad y las aportaciones de gente que cedía material. Afortunadamente, aquí seguimos hasta ahora.
¿En qué fechas se lleva a cabo la escuela de verano? ¿Qué horario tiene?
Lo realizamos durante todo el mes de julio, comenzando cada día a las 9 de la mañana y finalizando a la una del mediodía.
Por lo que respecta al método de trabajo que sigue la escuela de verano hemos podido observar que los niños con necesidades educativas especiales realizan las mismas actividades que el resto, aunque siempre adaptándolas a sus necesidades.
¿Qué podría destacar de esta metodología?
Hay ejercicios cognitivos, coordinativos y de integración, todo va relacionado para que las personas con necesidades educativas especiales puedan integrarse a la vida diaria de forma que sean lo más autónomos posible. La enseñanza ha mejorado mucho con el paso de los años. El resto de los niños les toman cariño y les ayudan a realizar los ejercicios para que así se puedan integrar socialmente y sean considerados como uno más.
¿La escuela de verano supone algún tipo de coste para las familias de los niños/as con necesidades educativas especiales?
Para las familias no supone ningún coste, supone un coste para el FC Bahía Santa Pola. Precisamente por ello estamos recabando ayuda del Ayuntamiento. Las dificultades son enormes, porque no todos los políticos son conscientes de la importancia de este trabajo y de la necesidad que tienen estos chavales de que les ayudemos.
En relación a los recursos materiales, ¿cuáles son los que más emplean?
Solemos utilizar balones (fútbol, baloncesto, voleibol, etc), aros, picas, chinos, etc. También le suministramos a los chavales/as equipaciones para que vayan totalmente uniformados.
¿Cuántos monitores forman parte de esta escuela de verano del FC Bahía Santa Pola?
Tenemos cinco o seis monitores que nos ayudan a hacer posible el buen funcionamiento de la escuela. Además, ocasionalmente también vienen a echarnos una mano personas que conocí durante mi etapa como entrenador. Sin la ayuda de todos ellos sería imposible e inviable llevar a cabo este proyecto.
Para finalizar nos gustaría saber si, más allá de la escuela de verano, el club tiene pensado realizar algún proyecto de futuro con estos niños/as. ¿Qué nos puede contar al respecto?
El presidente del club, Vicente López, tiene en mente federar al grupo. Tenemos que hablar con los padres para ver en qué modalidad deportiva lo haremos, pero ellos están locos por el fútbol. También debemos recabar ayuda del Ayuntamiento, sin esta ayuda no podremos hacer nada, porque el entrar en una competición supone unos gastos de desplazamiento y, como he dicho anteriormente, sin ayuda no se podría llevar a cabo.