El jueves salen a la calle tres imágenes y el viernes procesionan nueve

El Jueves y el Viernes Santo es momento para el recogimiento con las procesiones del Silencio y el Santo Entierro, respectivamente. Ambas parten y concluyen en la parroquia de la Asunción, si bien hoy jueves, cuando procesionan tres imágenes, se celebra a partir de las 22:30 horas, el viernes, con la participación de nueve pasos, se adelanta la salida a las ocho de la tarde.

Abre la Procesión del Silencio el Jueves Santo la imagen del Ecce Homo, primer trono portado a hombros por mujeres en 1992, con la peculiaridad de que las costaleras golpean el suelo con una caña en recuerdo de la que los soldados le dieron a Jesús, como si de un cetro de Rey se tratara. Este año participarán 43 costaleras, según señala la presidenta de la Cofradía del Cristo Yacente y el Ecce Homo, Maru Pomares.

Tras el Ecce Homo procesiona el Cristo de la Agonía, la mayor imagen de la Semana Santa santapolera, que está expuesta al culto en un lateral de la Parroquia de la Asunción. “La talla, de la Escuela de Olot, fue donada por la familia Buades Climent cuando se acabó la guerra y por eso se llamó Cristo de la Paz”, relata la presidenta de la Cofradía, Rosario Rodes. Fue un sacerdote el que, involuntariamente, le cambió el nombre cuando le dijo a una señora que estaba llorando porque no tenía imagen que procesionar que podría sacar a la calle ese Cristo que estaba en la Iglesia y que estaba en la Agonía. Es un trono muy pesado y lo portan este año unos 60 costaleros mixtos y además va acompañado por unos 25 tambores y la banda de la Associació Musical Mare de Déu de Loreto. “Doy gracias a toda la Cofradía, desde los capirotes, hasta los músicos o los costaleros por estar ahí a la hora que hay que estar”, señala Rodes.

Cierra la procesión del Silencio Nuestra Señora de la Esperanza, que, como novedad, según indica el presidente de la Cofradía, Vicente José Martínez este año estrena un nuevo palio de color azul mar y un estandarte. El trono es portado a hombros por unos 35 costaleros.

El Viernes Santo, abre la procesión la Cofradía de La Flagelación que, con motivo de su décimo aniversario, ha realizado un donativo a Cáritas, según informa su presidenta, María Alborcia. Participan unos 30 costaleros mixtos.
A continuación procesiona El Nazareno, que ya participó el martes en El Encuentro y, tras, Nuestra Señora de La Esperanza, y el Cristo de la Agonía, pasos que también repiten tras la procesión del Silencio del día anterior.
Tras la Esperanza marcha La Piedad, una pequeña talla que durante todo el año está expuesta al culto en la pequeña ermita del Calvario. “El jueves por la noche mucha gente del pueblo sube hasta el Calvario a velar la imagen”, comenta la presidenta de la Cofradía, Salvadora Baeza. Y ya el viernes, La Piedad hace un recorrido en solitario previo a la procesión del Silencio y a partir de las ocho de la tarde es bajada a hombros desde El Calvario hasta el mercado, donde descansan un rato mientras se incorporan a la procesión general.

A la Cofradía de la Santa Cruz del Sudario pertenece el cofradero de este año, Vicente Montiel Leguey. “La Cruz siempre ha procesionado, siempre ha habido alguien que la sacara, incluso antes de que se formase la Junta Mayor de Cofradías”, comenta la presidenta de la entidad, María Asunción Llach. Como novedad, este año se ha colocado una pequeña montaña de rocas al pie de la cruz y los faldones se han embellecido con pasamanería. “Lo más importante es la amistad que nos une a todos los cofrades, vamos agusto y en paz”, destaca Alborcia. Acompañan a la imagen 16 tambores, con tamborileros de todas las edades. “Este año hemos tenido la incorporación de algunos jóvenes y esperamos que, tras ellos, vengan muchos más”, comenta Llach.

Le sigue en la procesión la imagen del Cristo Yacente, o “el Señor Mort” como se la denominaba antiguamente, en la celebración del Santo Entierro. Se trata del primer Trono que fue portado a hombros en 1990, con 12 costaleros y su capataz, 13, el mismo número de Jesús con sus discípulos. En este Viernes Santo lo portrán 33, la misma edad que tenía Cristo cuando murió.

La Dolorosa cierra la Procesión acompañada por unas 200 personas entre costaleros, penitentes, mantillas y tambores. Para la ocasión se la viste con su manto negro, elaborado con un terciopelo nuevo pero al que se han incorporado los bordados del antiguo manto confeccionado en Valladolid y cuya tela se había picado. La Dolorosa tiene muchos devotos que realizan promesas, según señala su presidenta María Asunción Ruiz. Los objetos donados se colocan en unas bolsitas de tela cosidas en la ropa interior de la imagen.