No esperábamos tal éxito. La gente se ha volcado con la celebración de la Fiesta de la Calle de la Cruz. En determinados momentos no cabía ni un alfiler, la calle estaba abarrotada de personas que disfrutaban de todo lo que se había preparado. De hecho muchos nos dieron la enhorabuena por lo conseguido. Por lo tanto, desde la Asociación de Vecinos de la Calle de la Cruz hacemos un balance muy positivo”, estas han sido las palabras de la portavoz de dicha asociación, Ramona Álvarez.
Tras 37 años de paréntesis, la calle de la Cruz se vistió de gala ya que la ocasión lo merecía. Lucía banderas, flores, palmeras, y sobre todo mucho colorido que impregnaba el espíritu festero entre los asistentes, muchos de ellos ataviados con un pañuelo azul que creó la Asociación y que causó sensación puesto que todos querían uno. Durante 3 días la antiquísima calle santapolera era un ir y venir de vecinos y visitantes que se acercaron para presenciar una fiesta que aúna lo religioso y lo lúdico. Sin embargo, la lluvia hizo acto de presencia enturbiando la brillantez y espectacularidad de esta celebración “Por ejemplo, la merienda ofrecida a los niños por parte de la asociación se vio empañada por el agua, así como la realización de algunos juegos infantiles o el día de la comida. Pero siendo previsores, la asociación alquiló un local, lo que nos permitió que algunos de los actos se celebraran en este espacio y que continuara la fiesta”, ha apuntado Álvarez. Asimismo, desde la Asociación han querido agradecer a todas aquellas personas que han colaborado, directa o indirectamente, para hacer de estos festejos una realidad “Los asistentes han disfrutado sin coste alguno de estos días, ya que todo se ha sufragado gracias a las rifas que se han realizado durante el año”, ha destacado la portavoz de la asociación.
Muchos miembros de la corporación municipal asistieron a la fiesta de la Calle de la Cruz, entre ellos el primer edil, Miguel Zaragoza que se encargó de inaugurar esta fiesta.
El año que viene se espera continuar con esta tradición para que el paréntesis no vuelva a abrirse nunca más para el disfrute de todo un pueblo.
