La nueva Junta Directiva de la Asociación de Vecinos de Santa Pola del este tiene como objetivo el promocionar e impulsar cambios dentro de un barrio que, consideran, ha estado un tanto abandonado los últimos años. Su única pretensión, como vecinos y propietarios, es colaborar junto al Consistorio para mejorar la situación, “remar en el mismo sentido para que esto funcione”. La presidenta de la Asociación, María Luisa Pomares, explicó que no está dentro de su intención el crear problemas, sino “solucionarlos”.
Son conscientes de que el cambio ha comenzado a dar sus pasos. A este respecto, Encarni Ramírez, concejala de Limpieza Viaria, adelantaba que, esta semana, la brigada de Parques y Jardines se estaba encargando en exclusiva del desbrozado y mantenimiento de los parterres de la zona.

Paseo de La Cadena
José Pedro Martínez, en calidad de concejal de Santa Pola del Este, se reunió con la presidenta y los miembros de la Asociación “a la espera de que me hicieran llegar las inquietudes que nos transmitirán tras celebrar su Asamblea”. Sí que pudo adelantar que “solventaremos la circulación en el Paseo Vicealmirante Blanco, ya que es un espacio compartido por niños, paseantes, ciclistas. Investigaremos la mejor forma para regularla, los técnicos estudiarán la mejor solución posible” e, incluso, se estudiará la manera de realizar una inversión en todo el entorno.
“Tenemos que acometer este problema para que no vaya a mayores”, porque hay personas que circulan en bicicleta y creen que es una pista de velocidad, apuntaba desde la Asociación de vecinos.

Espumas buenas
Los vecinos de la zona también se han quejado de las espumas presentes en el mar que baña las diversas calas, “sin embargo”, aclaraba Loreto Serrano, “es algo positivo. Es una muestra de que la calidad del agua es buena. De hecho, tenemos informes científicos que lo avalan”. Santa Pola es uno de los pocos municipios que tiene vertido cero al mar, “en el único sitio donde se presentan algunas irregularidades es en la zona de Tamarit, cuando viene lo que viene de Elche, del Río Safari. El agua tiene unos niveles inmejorables de calidad, salvo cuando llegan procedentes de las lluvias. No hay bombeos, no hay vertidos de residuos al mar. No hay canalizaciones que llegan al mar. Emisarios cero, nunca se han instalado y nunca se permitirá (de ahí la inversión de 17 millones de euros de saneamiento por impulsión a vacío, para que desapareciera el nivel de salinidad de las residuales). Y no lo digo sólo como alcaldesa, también porque he sido concejal de Infraestructuras y de Playas”.
Los técnicos de Playas explicaron en la reunión a los miembros de la Asociación de Santa Pola del Este, para que se lo transmitieran a sus miembros y resto de vecinos de la zona, “que las espumas son un fenómeno que se repite todos los meses de julio, fruto de la acción de un alga, que genera mucho fitoplacton. Con el agua cerrada en las calas, más el calor, se generan este tipo de espumas, conocidas como nieve marina. Algo normal y recurrente en esta época del año”.
Preocupados los vecinos de la zona porque los usuarios de autocaravanas, muchas de las cuales instaladas a lo largo del camino hasta la Ermita, pudieran vaciar sus aguas grises al mar, se destacó que no se han detectado vertidos o resíduos de estas características a la hora de hacer las tomas. “Pero es una situación sobre la que actuaremos tras el verano. Detrás de un problema, vendrá la solución”.

Tráfico
Los miembros de la Junta Directiva comunicaron al Ayuntamiento que los vecinos cada vez están más concienciados y que mantendrán reuniones constantes con el Consistorio para intenar buscar soluciones conjuntas. Otra de las peticiones que se escuchan por redes sociales es dejar la Avenida del Catalanet en sentido único, “algo completamente imposible, porque sería imposible dar cabida al tráfico. El problema es la capacidad de aparcamiento de la zona, ya que están aparcando vehículos en la acera de enfrente donde se hayan las viviendas. Las aceras son de menos de un metro y los viandantes no pueden pasar”, explicó la alcaldesa.
“Eliminar un carril”, continuó Serrrano, es sinónimo de desviar todo el tráfico, por la zona de la antigua piscina, hasta el Carlotti. “No es una calle que reúna las condiciones de asumir esa densidad de tráfico. Los vecinos y visitantes han de concienciarse y ser conocedores que, en verano, la situación de aparcamiento se complica enormemente”.