Tony Zamora y José Pedro Sempere son los embajadores Cristiano y Moro que para el año 2017 ha presentado la Asociación. Estrenan, ambos, cargo, “cosa que no ocurrirá el año que viene”, afirma José Pedro, “porque repetiremos”. Tony ya se ha enfrentado a parlamentos con anterioridad, concretamente en el Desembarco de 2016, al igual que Sempere, pero éste lleva tres años enfrentándose en la playa al embajador cristiano, “para esta ocasión, el número de ensayos ha aumentado. Llevo todo el año trabajando el texto… aunque seguro que me quedo en blanco”, afirma Zamora.
“Los nervios pueden jugar malas pasadas”, dice Tony. “Cuando llegue el momento, quizás aparecen”, destaca Sempere, “estoy seguro de ello, porque para mí es un honor. Yo he tenido siempre mucho respeto al parlamento, a la escenificación. El listón está alto y los embajadores antiguos son de peso. Llegar a su misma altura es todo un reto”.
Desembarco, Conquista y Reconquista son los tres momentos culmen, “donde la escenificación es lo más importante. Aprenderse unas líneas es fácil, pero hay que dotarlas de expresividad, emotividad y, por lo menos a mí”, apostilla José Pedro, “me han aconsejado que no tenga prisa, que recite con calma”.
Este punto lo corrobora Tony, “porque hay veces en las que se ha puesto el embajador nervioso y se ha notado que recitaba de memoria, como si estuviera leyendo”. La gente necesita “que le transmitas fuerza en el mensaje”. No hay que olvidar que se trata de toda una obra de teatro, repartida en tres días, en los que no se detalla la realidad histórica.
Uno de los hándicaps que tiene ser embajador es que se ha de vestir un pesado traje. “Calor vamos a pasar”, se reía Zamora. “Trajes que cuestan dinero y que la Asociación paga, luego ya lo que se quiera gastar uno a partir de un presupuesto que te dan”, explica Tony, “en mi caso, se me ha subido un poco, porque es muy cargado y con varios elementos que iré cambiando durante las dos embajadas”.
Para ambos, el momento de la Reconquista, “es lo más bonito”. Porque “no sólo participan los embajadores, también los paladines que luchan entre sí y se teatraliza lo que es la rendición”, afirma José Pedro.