Sorpresa, mucha sorpresa es la que pende sobre un pregón “hecho desde la emoción”, según declara el propio oficiante y responsable del honor de inaugurar las Fiestas Patronales el próximo miércoles, día 31, en el Auditorio El Palmeral, Antonio López.
López, que aunque “estará a la altura” no espera verse de traje, pues no es muy de corbatas, prepara un acto dirigido al gran público, confía en que se sentirán identificados la gente de su generación (nacidos en el 1970) o, como él los define, “gente joven madura, viejóvenes o viejunos, según se mire”.
No será “al uso”
Adelanta, dentro de lo poco que deja entrever, que no será un pregón al uso, “entre otras cosas, porque yo tampoco me sentiría cómodo en uno”. Por este motivo, y antes de arrancar, quería dar las gracias al Ayuntamiento por darle completa libertad creativa y a Servicios Generales por poner todos los medios técnicos y humanos para que sus ideas se hagan posibles.
Buscará que el público participe y se sorprenda, “con gente cercana, que se ha brindado a participar”. Éstos le ayudarán a asentar las bases que todo pregón ha de tener: “una reflexión sobre la fiesta, pero desde el punto de vista de alguien que no ha sido festero, pues no ha formado parte de filada o comparsa alguna, pero sí desde el lado del observador y desde la perspectiva de la música, que es el 50% de la misma. Sin música, no hay fiesta”.
Habrá Historia, un vistazo al pasado, “que a la gente también le gusta y, además, me siento cómodo con ella, pues la he tratado en varios trabajos”. También habrá humor, cercanía, “que la gente disfrute conmigo porque, cuanto más disfrute el público, más disfrutaré yo. Necesito de esa retroalimentación”.
Según cálculos aproximados, su intervención, incluyendo “pequeñas sorpresas”, sumará cuarenta minutos. Tiempo que está perfilando no sólo él, “también el equipo de gente que me acompaña, entre ellos músicos y actores”.
La guinda del pastel
Músicos serán los encargados de poner la guinda al pastel, “pues una banda cerrará el acto, dirigida por Federico Valero y que adaptará el espectáculo Homenaje a los Números 1, ya que tendrán que adaptar un concierto de dos horas en cuarenta minutos tras el Pregón”.
Para la confección de su texto y puesta en escena comenzó echando la vista atrás, repasando los pregones desde 1970 hasta la fecha, valorando ideas y llegando a la conclusión de que no tenía que fijarse en ningún pregón “y hacer lo que me saliera del corazón”. Lo que se traduce en cuatro actos: un repaso histórico, experiencias desde su infancia, la música y su generación.
Entrando en áreas más inquisitivas, su trabajo diario con la gente joven le lleva a afirmar que éstos sí se identifican con las Fiestas, “pero con la parte más lúdica, pura y dura. Sin complicaciones y disfrutarlas al cien por cien”. Esto lleva para el pregonero a que no sea mucha la sangre fresca “que aporte ideas, que haga relevo de cargos. Existen sí, pero son minoría”.
La savia nueva sería positiva, pues no dejaría todo en manos de las asociaciones festeras y el Ayuntamiento, “siempre y cuando ésta se implicase en la parte organizativa, en nuevos actos. Pero para ello ha de haber implicación, no sólo disfrute”.
Llamada a la implicación
Considera que las Fiestas de Santa Pola tienen un calendario apretado, con dos partes muy diferenciadas: del 1 al 3, todo centrado en Moros y Cristianos y del 4 al 8, “con un carácter más popular y devoto. Quizás en esta segunda parte, aunque no lo sé con seguridad, es donde se podría ver más implicación juvenil”.
Uno de los mensajes que lanzará en el Pregón es que cada uno ha de vivir las Fiestas, “como quiera. Que la intenten disfrutar a su manera. Se pueden vivir desde dentro o desde fuera, bajando a las barracas, acudiendo de público a los desfiles, animando y aplaudiendo…”. Siempre, eso sí, manteniendo el espíritu de hermandad, compartiendo “y con conocimiento, pues no vale todo en Fiestas y hay que mandar un claro mensaje contra el abuso”.