Pascual Orts ya tiene hilvanado el Pregón 2019. Ya negro sobre blanco, y a falta de dar los últimos toques en materia de música, infraestructuras y escenografía, a partir de las 22:30 horas del sábado, día 31 de agosto, en la Plaza de la Glorieta, con el Pregón se dará el pistoletazo de salida a las Fiestas Patronales 2019.
Sin querer desvelar nada, el hilo conductor quiere simular una navegación marítima. Para Orts, el mar es el elemento aglutinador e indentificador del pueblo de Santa Pola y, a través del rumbo trazado gracias a sus palabras se llegará a diversos puntos, “que, en definitiva, repasan los puntos fuertes de la fiesta, como pueden ser la tradición, la diversidad de actos y maneras y la convivencia entre los vecinos”, adelanta.
Unos pregoneros se han centrado mucho en el tema histórico, otros se han centrado en sus vivencias personales, pero Orts se desmarca en que su parlamento mira al futuro, “tanto en lo que implica el mar para la gente de la villa como en los actos que tendrán lugar”, explica, añadiendo que no renunciará a echar la vista atrás, “porque es imposible, si lo que queremos es transmitir el sentir de la Fiesta. Somos nuestra historia, pero no sólo la del pueblo, también de la Fiesta. Soy de los que pienso que, sin tradición, no hay vanguardia, por lo que todo lo que sea ayudarnos a construir el futuro pasa por ahí”.
Prácticamente, dejará de lado su visión personal, su bagaje, “pero hablar de mí sería algo reiterativo, porque casi todo el mundo me conoce. Hay algunas alusiones lógicas y normales, pero no son de peso en el transcurso y en el mensaje que quiero enviar”.
A lo largo de los últimos años, en su calidad de presidente del Club Náutico, ha insistido en la necesidad de mirar más al mar como medio de futuro. La pregunta se hace lógica: si lo estamos consiguiendo. “Cada uno podrá sacar la conclusión que quiera. Sobre un mismo discurso puede haber diferentes lecturas. No hay duda de que el mar es nuestra razón de ser, nuestras tradiciones y creo que seguir por este camino, a la vista de cómo nos ha ido, lo lógico es ver el Mediterráneo como un elemento aglutinador y potenciador de la sociedad santapolera. El mar, junto a otras actividades que hoy en día se incorporan a la vida diaria, es esencial, por su tradición, economía y potencialidad”.
El privilegio de tener las playas que tenemos ha hecho que sean muchas las personas de fuera las que nutren el censo de la villa marinera. De hecho, se podría afirmar con tranquilidad que alrededor del 70% de todos los residentes no son oriundos de la zona. Para Pascual Orts, las Fiestas Patronales han de trabajar un poco más en la integración de todos. “Nuestras Fiestas refrescan y rememoran las cuestiones más tradicionales. Esas son inamovibles. Los grandes días, los actos cívicos-religiosos más importantes, desde la Ofrenda a la Procesión, pasando por la música o el canto del Motete. También tenemos una explosión de manifestaciones en las que el mar no está presente como tal, pero se pueden dar en cualquier punto del Levante: conciertos, desfiles, mascletás... puntos esenciales como valencianos y alicantinos que somos y los nuevos vecinos tienen las puertas abiertas a participar en todo”.
En los sucesivos años en los que se han ido haciendo grandes los eventos, desde las Festes d’Estiu, hasta las Patronales, pasando por la Cena de la Luna Llena o los festivales en el Palmeral, “la gente participa mucho. Veo caras tanto de santapoleros como de no santapoleros. Las Fiestas tienen una esencia más localista, pero no son cerradas, porque no renunciamos a que se integren. cuanto más mejor”.
El pregonero ha pasado por prácticamente todos los lugares de la vida pública pero, actualmente, está centrado en la Presidencia del Club Náutico (el cual ha remozado considerablemente sus instalaciones y oferta), “y como presidente, desde hace años, promocionamos la regata en honor a la Virgen de Loreto. A partir de ahí, nosotros siempre hemos abogado porque todos los deportes náuticos, en la medida que puedan ser objetivo de programación en unas Fiestas Patronales, también nos parece fantástico”, asegura. Se podría hacer extensivo al remo, no se descarta, “porque el Club Náutico, además de habituales colaboradores en el Programa, somos una asociación que piensa que el mar ha de tener su presencia, siempre, en los actos festivos”.
El ser pregonero, “nervioso, pone, la verdad sea dicha. He estado presente en muchos aspectos asociativos, sociales, culturales y políticos, pero hasta el momento mi discurso y mi voz nunca ha llegado a más de 1.500 personas juntas. En este caso tendré delante un público que rebosará los 2.000 asientos. Indudablemente, aunque no produzca pánico escénico, sí que genera impresión. Eso es algo que condiciona mucha de las reacciones naturales, por lo que hay que estar preparado para el evento. No es algo menor hablar ante tantos y tan expectantes. Hay que hacerlo bien, para todos, no a tus fieles y afines”.
La música, que tendrá también una parte importante en el acto, “ayudará a refrescar y, si hay alguien propenso a pegar alguna cabezadita a esas horas, le va a despertar”.
