Desde hace ya cinco años y gracias al área especial de Gran Playa muchos niños con discapacidad pueden aprender jugando, relacionarse con otros compañeros y sobre todo pueden disfrutar del verano en la playa, y darse un buen chapuzón en el mar … como cualquier otro niño.
El objetivo, y así lo ha señalado el responsable del área Fermín Ejido, es establecer un punto de acercamiento y encuentro que permite que las personas con discapacidad psíquica puedan disfrutar del verano, como cualquier otra persona, y divertirse con actividades lúdicas, al tiempo que se da a sus cuidadores un respiro familiar importantísimo al disponer de su propio espacio de tiempo con la tranquilidad de saber que sus hijos están bien atendidos.
Según Ejido el número de usuarios varía según el grado de dependencia, “los siete que tenemos esta semana tienen un alto nivel y necesitamos prácticamente un monitor para cada uno, pero otras semanas puede estar en torno a 15 o 18 usuarios”.
Una de las seis monitoras que trabajan en el área especial, Verónica Aracil, ha comentado cómo es el día a día junto a estos niños, y a pesar de que es un trabajo duro, asegura que es muy gratificante ver como sonríen y como se divierten “Los niños llegan a la carpa instalada en Gran Playa y cuando está todo el grupo comienzan los distintos talleres que tenemos preparados, de arcilla, pintura, baile y los variopintos juegos que tienen como finalidad favorecer su integración y mejorar su psicomotricidad. Tras un rato aprendiendo jugando toca la hora del baño, donde los niños, acompañados en todo momento de los monitores, pueden disfrutar de la playa, de las olas del mar, de la arena… Después de refrescarse en el mar, los niños se duchan y preparamos todos juntos la comida. A continuación llega la hora del descanso a través de actividades y técnicas de relajación para posteriormente realizar nuevos talleres y si da tiempo darse un nuevo baño en la playa antes de irse a casa”.
María Asunción Ruiz, Ana Blasco y Javier Baile, ediles de Servicios Sociales, Hacienda y Playas, respectivamente, acompañados por el director de la oficina de Caja Murcia en Santa Pola, Jaime Sempere, cuya obra social financia el proyecto, han visitado la zona, donde han conocido de primera mano el trato y el cuidado que se les presta a los discapacitados, a través de monitores especializados en este tipo de trabajo. Todos ellos se han mostrado muy orgullosos de la iniciativa que conjuntamente han puesto en marcha y que permite que estos niños puedan disfrutar como todos los demás.
Las carpas están abiertas de 10:30 a 17:00 horas ininterrumpidamente, de lunes a domingo. Destacar que este servicio, que se prolongará hasta el 31 de agosto, recibe cada verano a cientos de usuarios de forma individual o en grupo. Tanto es así que el año pasado pasaron por la carpa de discapacitados 199 usuarios, frente a las 94 del año anterior