No amedrentaron las altas temperaturas a santapoleros y visitantes para poder disfrutar de un buen pasacalles, animado con pachangeo y unos buenos gigantes y cabezudos. Colorido y diversión que arrancaban sonrisas por donde pasaban. Donde sí se combatió, y bien, a la dieta fue en el Sopar de Cabasset que, como se puede comprobar en la imagen, este año ha batido la marca impuesta el año pasado... y aún supo a poco.