Santa Pola cuenta con una Unidad de Violencia de Género conformada por una trabajadora social, Alejandra Sánchez; una psicóloga, Kika Maestre y una abogada Gema Moyá. Estas tres mujeres desde sus tres perfiles profesionales el trabajo social, el jurídico y la psicología tratan de abordar esta grave problemática social, teniendo en cuenta que la violencia de género debe combatirse de forma integral desde la prevención hasta la intervención. Muchas veces la mujer que sufre violencia machista tarda en decidirse a dar el paso o incluso no es consciente de la situación violenta en la que está inmersa, por tanto la intervención integral consiste tanto en apoyarla en la toma de conciencia de su situación como posteriormente acompañarla primero en todos los trámites jurídicos y a continuación en el proceso de recuperación y de salida de esa situación que no acaba con la mera denuncia sino que después hay mucho más, tal y como nos indica Gema Moyá.
Desde la perspectiva jurídica realizan una labor que comienza por los trámites de preparación y asistencia en la denuncia, acompañamiento, apoyo en todas las cuestiones jurídicas e incluso también en todas aquellas que vienen sobrevenidas directamente de la situación una vez denunciada, como pueden ser el apoyo en las cuestiones con compañeros o compañeras juristas, en las relaciones paterno filiales, cuestiones de prestaciones denegadas en un momento dado, etc. Es decir abarca cualquier cuestión en el ámbito jurídico.
Desde el trabajo social y la atención psicológica, tal y como nos comenta Kika Maestre realizan un trabajo previo de toma de conciencia, ver cómo se encuentran esas mujeres y ver cómo la situación está afectando esa dinámica familiar tanto en ellas como mujeres y madres, como también en los niños. Por ello tienen una coordinación directa con el Departamento de Servicios Sociales quienes también tratarán de dar respuesta en aquellos casos con situaciones económicas muy duras que impide cubrir necesidades básicas con el fin de poder darles herramientas que les permitan seguir avanzando y seguir tomando decisiones.
Por tanto el trabajo psicológico engloba tanto recogerlas, como ayudarlas a asumir lo que están sufriendo y acompañarlas en la toma de decisiones sobre lo que quieren hacer y estar ahí con ellas en todo este proceso de toma de decisiones que no es nada fácil.
La intervención y la asistencia desde estos tres ámbitos es primordial para ayudarlas a iniciar esa situación de cambio y estar junto con ellas para abordar aquellas dificultades que van surgiendo en el momento en que inician esa toma de decisiones, es un trabajo muy a la par entre el equipo, la unidad y el Departamento de Servicios Sociales.
La coordinación con los cuerpos de seguridad, Guardia Civil y Policía Local también es fundamental, ya que muchas veces son ellos los primeros que tienen constancia de alguna situación complicada que se pueda estar dando en el ámbito familiar y por tanto son los que realizan esa derivación inicial, a partir de la cual la unidad se pone en contacto con esas mujeres para ver la situación en la que se encuentran y hacerlas conocedoras de cómo funciona este servicio y en caso necesario ponerlas en contacto con Servicios Sociales.
Desde la unidad también tratan de coordinarse con este tipo de entidades existentes en otras localidades, para que en los casos en los que las mujeres se trasladen no se rompa el apoyo y pueda continuar habiendo un seguimiento.
Finalmente señalan la importancia de la presencia de la Unidad de Violencia de Género en Santa Pola. Para estas mujeres la accesibilidad es muy importante ya que el hecho de trasladarse a otra localidad implica unos riesgos no solamente derivados de la pandemia sino también tener que tomar un transporte o dedicar un tiempo a hacer algo que ellas en ese momento no pueden justificar.