Oscar Fornel (representante en la provincia de Alicante de la Sociedad de Educación Matemática de la Comunidad Valenciana), Vanesa Morell (profesora de matemáticas -y jefa de departamento-, junto a Fornell) y Ángel Lillo, como director del IES Cap del L’Aljub (donde ambos docentes prestan servicio), adelantaron la que será las Fase Provincial de la Olimpiada de Matemáticas de Secundaria. Una competición que tendrá lugar el próximo día 6 de mayo y que no se circunscribirá únicamente a los terrenos del instituto, pues serán los treinta mejores alumnos (por nivel) de noventa centros de todo Alicante los que competirán para sacar los mejores números y ser enviados a la Autonómica.
Tres son las pruebas a las que habrán de hacer frente. Una individual, de seis problemas cada uno, más dos por equipos: de velocidad (cinco minutos para resolver un problema) y la que más agrada, la de calle, “donde sus conocimientos matemáticos habrán de ponerse a punto en el Castillo de Santa Pola y alrededores, haciendo frente a pruebas con tan sólo una cinta métrica y un transportador de ángulos, debiendo averiguar volúmenes, distancias... Les pediremos que calculen el volumen de un pilar y, con una cita métrica, que se apañen”, explicaba Fornell, “porque hay que aprender a hacer las cosas en el mundo real”.
El setenta por ciento de la puntuación saldrá de la prueba individual pero, en equipos, se jugará con el 30% de la nota. Otro hándicap (o ventaja, según se mire), “es que pondremos en estos grupos a alumnos de distintos centros, que no se conozcan entre sí”. Así, los ocho mejores de cada categoría acudirán a Cheste, el último fin de semana de mayo.
La entrega de premios tendrá lugar en la carpa lateral del Castillo, “con regalos como calculadoras y detalles de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Alicante. Además, todos contarán con una bolsa regalo ofrecida por una empresa”.
Pero no sólo queda ahí la matemática, en cálculos en la calle. También hay lugar para el arte, como la fotografía matemática (en el Cap de L’Aljub), un concurso de carteles y la elaboración de un fractal (La Esponja de Menger), compuesto por más de 8.000 cubos.
Nivel local: en la media
Preguntados ambos docentes sobre el nivel de matemáticas en Santa Pola, lo consideran adecuado, “en la media”, mucho más allá de lo que diga el informe Pisa, “que está mal planteado”. Ni ven que sea más alto o más bajo que en otros lugares, “pero sí me gustaría señalar que uno de nuestros alumnos arribó a la fase autonómica el año pasado; así como otro entre los cincuenta primeros de la Cangur”.
La implicación de la chicas en matemáticas va subiendo tímidamente. Y esa es la palabra porque, al menos en esta prueba, la mayoría son chicos, “no sé si porque tienen menos vergüenza o son más valientes. Pero, en la clase que cuidé yo, eran mitad y mitad. Además, en todos los equipos tiene que ir una chica (si hay suficiente número)”.
Gran punta de lanza
Pero esta participación en la olimpiada no quiere decir, ni mucho menos, que las jóvenes no sean una gran punta de lanza, “porque en las clases, por regla general, ellas son más metódicas, trabajan de forma distinta”. Poco a poco, afortunadamente, en los centros educativos se va difundiendo de la importancia laboral de las matemáticas (sobre todo en Bachillerato), “y les decimos que, después de Medicina, es la que menos paro tiene en España, además de tener un claro carácter internacional”. Vanesa, de hecho, señalaba que “en los nueve cursos que llevo aquí, dos alumnas han curso exactas. Ningún chico lo ha hecho”. La concienciación en su aplicación y uso también ha llegado a los alumnos de ciencias sociales, “quienes comprueban de primera mano cómo se encuentran en todas las estadísticas y datos de campo”.
Otra cosa que ha evolucionado es la forma de explicar la matemática, “que ya no tiene que ver nada con respecto a hace veinte años. Hemos pasado del academicismo a la practicidad. Pero siempre depende del profesor, claro”.
