
Los comercios de Santa Pola han levantado la persiana este lunes tras más de 60 días en dique seco, y en estos momentos en los que nos encontramos en la fase 1 de la desescalada la apertura ha de limitarse a un tercio del aforo del establecimiento.
Aproximadamente han abierto al público la totalidad de los comercios de menos de 400m2 , y a diferencia de la fase 0 los clientes ya no deben solicitar cita previa para ser atendidos de forma individual, si bien en estos momentos el aforo máximo ha de ser del 30% y han de guardarse las medidas de seguridad establecidas, como mantener una distancia mínima de separación entre las personas de 2 metros así como el uso obligatorio de mascarilla.
Los establecimientos con una superficie mayor pueden abrir siempre y cuando el espacio reabierto al público no supere los 400 m2.
Los comercios podrán realizar rebajas que irán acompañadas de medidas destinadas a asegurar que no se generen aglomeraciones que impidan el mantenimiento de la distancia de seguridad, el cumplimiento de los límites de aforo, o que comprometan el resto de medidas establecidas.
Igualmente ya han abierto los mercadillos al aire libre como el de Viguetas y aledaños del mercado central los sábados, y los jueves en Gran Alacant junto al pabellón deportivo, con condiciones de distanciamiento entre puestos y delimitación del mercado ambulante para un correcto control del aforo por las fuerzas de seguridad. Se garantizará una limitación al 25% de los puestos habituales o autorizados y una afluencia inferior a un tercio del aforo habitual.
Más de 60 días muy duros
Los comerciantes han abierto sus establecimientos con muchas ganas de trabajar, ilusión, nervios e incertidumbre a sabiendas de que uno de los sectores más perjudicados por la crisis económica generada por la pandemia del COVID-19 es el del pequeño comercio, la hostelería y los servicios. Estos sectores representan la mayor parte del volumen empresarial en Santa Pola, encabezado por cientos de autónomos que han tenido que echar el cierre desde que el pasado día 14 de marzo a raíz de que el Gobierno central decretara el Estado de Alarma a causa de la crisis sanitaria que afectaba a España. Preocupación e incertidumbre por no saber qué pasará, cuándo finalizará esta situación, ni de qué manera volverá la normalidad es el sentimiento que les une a la mayoría, “la crisis es para todos, pero no todos la sufrimos de la misma manera” declara un comerciante local. La situación de cada comerciante es diferente y cada uno desde dentro sabe lo que está pasando, no pudiendo hacer frente de la misma manera aquel comercio que ya está consolidando que el de nueva creación o aquellos comercios a quienes ha pillado con un traspaso reciente o una reforma integral del negocio, incluso a muchos de ellos ni siquiera les había dado tiempo a recuperarse de la anterior crisis de la que aún siguen pagando préstamos que tuvieron que solicitar en su día para mantenerse
Las PYMES solicitan ayudas y apoyo a las administraciones para levantar un sector que quedará muy tocado tras la crisis y, sobre todo, quieren recordar la importancia de comprar y consumir en el comercio local y en nuestra hostelería cuando todo pase.