El pasado sábado, 30 de junio, la Federación Provincial de Personas Sordas visitó el Santuario de Animales Proyecto Cuatro Patas con doce niños que están aprendiendo el lenguaje por signos. La finalidad de esta actividad era que conocieran los signos mientras que interactuaban con todos los miembros que forman parte de la familia de este santuario. Esta salida también supuso que estos niños y niñas salieran de su rutina en el centro, donde tuvieron la oportunidad de socializar en otro ambiente. “Nosotros aprovechamos para concienciar, tanto a los niños como a sus padres, en el respeto, el amor y la empatía hacia todos los animales. Además, les demostramos que una cabra, un caballo o un cerdo, pueden ser igual de cariñosos, simpáticos y alegres como lo son un gato o un perro. Esto último iba destinado a los padres más que a los niños, porque ellos son almas puras que todavía están aprendiendo”, explica Jose Maciá, presidente y fundador del Santuario de Animales Proyecto Cuatro Patas.
La mañana dio comienzo con una presentación del proyecto por parte de su presidente, donde tuvo la oportunidad de presentar a algunos de los habitantes del santuario para explicar la labor que llevan a cabo. Después, Alberto García y Mónica María Siia (educadores caninos de ‘Merci My Dog’) enseñaron a los niños y niñas a acercarse a los perros, explicándoles las emociones de los animales para conocer un poco más de cerca a los canes. El protagonista de este momento fue Thor, un perro que tiene la imposibilidad de coordinar sus movimientos impidiéndole caminar. Esta historia emocionó a todos los allí presentes pero, sobre todo a los padres y madres que vieron el ejemplo de superación que significa Thor para el día a día.
Una vez recuperados de la emoción de conocer más en profundidad la vida de este perro, llegó el momento que más estaban esperando los pequeños, la visita a todos los animales del santuario. Poco a poco Jose Maciá les explicó la historia de cada uno, pero de manera breve, pues estaban tan emocionados que tan solo querían interactuar con los animales en todo momento. “Los papás alucinaron al ver cómo se acercaban tanto a la oveja, como a la cabra y al caballo. Sí que es verdad que alguno tuvo miedo de acercarse al caballo, pero al final del día superaron sus miedos y fueron capaces de acariciarle”, comenta emocionado el fundador del proyecto.
Las actividades no finalizaron ahí, ya que también realizaron un taller de huerto para que los niños se acercaran a la naturaleza y se llevaran a casa unos vasos con semillas plantadas para que puedan recolectar sus propias frutas y verduras. Además de la creación de un mural pintado con las manos de todos los que acudieron el sábado al Santuario como símbolo de unión entre los más pequeños y los adultos, algo que era muy importante para todo el equipo de Cuatro Patas. “Este mural es para demostrar a la sociedad que estamos unidos en esto y que los niños también son partícipes de esta lucha. Es la parte más importante, porque al final son las nuevas generaciones las que nos van a seguir. Es como el camino que nos vamos labrando”, asegura Jose Maciá, quien da las gracias a Fesord ”por haber confiado en nosotros, por haber decidido visitar un santuario de animales y no un zoológico. Y animar a cualquier otra entidad que se esté planteando un zoológico o un centro donde se explotan animales, que se lo replanteen y que escriban al correo electrónico porque se lo van a pasar mejor, los niños van a disfrutar como nunca, y que tenemos un montón de actividades preparadas y que contribuirán a seguir salvando nuevas vidas”.