Hasta el momento la colaboración de las “fuerzas vivas” con las reivindicaciones de los afectados por las hipotecas ha sido buena. “Por ahora tenemos el apoyo tanto del Ayuntamiento, especialmente con su alcalde, con quien mantendremos una reunión el próximo día 15. La Policía Local y la Guardia Civil no nos han impedido nada en absoluto siempre y cuando impere el tono pacífico y, por el momento, no hay notificación de que nos desalojen esta noche o a lo largo del día”. Así se expresaba Alicia Orgiles, portavoz de la Plataforma.
Y es que ahora será acampando frente a la sede de una entidad bancaria como intetarán que, al menos, “se sienten a negociar con nosotros. Por ahora se niegan, y eso que estamos hablando de tres familias, una de ellas con una persona anciana a su cargo y otra con niños, uno de ellos con una minusvalía”.
Renegociación, como mínimo
Porque lo que quieren, recalcan, es renegociar la situación en la que se encuentran los afectados. Quieren que la entidad entienda que, por ejemplo, de una familia de seis personas sólo hay una que trabaja... y es a media jornada.
“Nosotros no somos ningunos criminales, pero nos reciben, cuando se dignan a ello, como si lo fuésemos. De hecho, en la última reunión que mantuvimos, tras otra jornada de protesta, a los afectados no les dejaron ni sentarse en el despacho. Además, tampoco nos quisieron dar un documento por escrito que explicara por qué se negaban a la renegociación”. Y es que ahí está la clave. Las entidades financieras, abrazándose a una Ley Hipotecaria del año 1904, “sólo buscan su propio beneficio. No dan posibilidad de renegociar y, en algunos casos, pueden quedarse con el piso del desahuciado y, además de los intereses, las costas judiciales, hasta 60.000 euros en avales sin carga. Y eso después de once años pagando una vivienda”.
De ahí que se pida la dación en pago como medio para atajar la grave situación que, ahora, están padeciendo tres familias, pero que puede llegar a afectar a muchísimas más si se agrava esta espeluznante situación económica que vivimos. “Cualquiera puede verse en el lugar de estas personas. Y se verá indefenso. Por eso animo a todos los santapoleros a que se pasen por aquí y se informen de lo que pueden llegar a hacer los bancos. Que se informen de cuáles son sus derechos y, sobre todo, de qué es lo que hay que cambiar”.
Para cambiar las cosas hay muchas vías, “no sólo ésta de la calle”, pero “hacer ruido está bien; cuando haces ruido, por lo menos, se ven forzados a escucharte”. El recurso de la demostración en la vía pública ha hecho que sean muchos los ciudadanos que han terminando simpatizando con sus reivindicaciones, especialmente en Santa Pola, “donde estamos sorprendidos de la inmensa acogida que hemos tenido”. Esto se traducirá en que cerca de cuarenta personas se turnarán durante todo el día, y hasta el mediodía de hoy, para “dar guerra e informar”.
¿Y los trabajadores de las entidades? ¿Son ellos culpables? “Desde luego que no. La culpable, la auténtica criminal, es la entidad, que deja a ancianos y niños en la calle. Es increíble, y más en este caso, que todos hemos puesto dinero para rescatarla”.
Generar empleo
Como a todo hay que sacarle su lado positivo, ironizaban diciendo que “además, nosotros generamos empleo. Verás: horas extras para la Guarcia Civil, trabajo para el agente de seguridad que han contratado y la empresa de limpieza que habrá de venir para quitar las pegatinas de la fachada”.