Dos son las cosas que diferencian a la Formación Profesional tanto de la enseñanza Primaria como la Secundaria obligatoria. La primera de ellas es el tipo del alumnado, más centrado, de mayor edad en muchos casos y poco dispuesto a perder el tiempo. La segunda, que el profesorado, y más en especialidades como Cocina, tiene que estar siempre al día, siempre bajo la batuta de la tendencia de mercado. En materia de cocina, una profesión que está “de moda”, tal y como señala el profesor del Primer Curso de Cocina y Gastronomía (Grado Superior), José Damián Azorín, “nos enfrentamos a que muchos llegan con una idea preconcebida pero, en realidad, se enfrentan a una profesión muy dura”. Posiblemente, estemos hablando de la mejor escuela de cocina de la Comunidad Valenciana, entre otras razones por la entrega de profesores como Damián, a quien se suma la figura de Manolo Zamorano, “día y noche. Esto no sólo es un curso, va mucho más allá. Es nuestra profesión, nuestra pasión”.

Ganarse a los alumnos
Pero, ¿cómo se gana a unos alumnos que demandan exigencia? “En mi caso, yo puedo decir que vengo de El Bulli, en creatividad, con Ferran Adriá. El mismo sistema de trabajo que teníamos allí es el que estoy implementando aquí. Es fácil ganarse a una persona cuando les dices que has estado trabajando con el mejor y le enseñas lo mejor”.
Pasos básicos, procesos rigurosos “y siempre con un sistema de organización. No es todo creatividad, es saber aplicar y adaptar conocimientos a cualquier lugar donde se vaya”.
Otra de las particularidades existentes dentro del alumnado de FP, y más en cocina, es que la competitividad es máxima entre ellos. “Aquí todo el mundo quiere que su plato sea el mejor. Que todos mojen pan en su salsa. ¿Cómo se consigue eso? Esforzándote y siempre buscando dar un paso más, incluso a la hora de hacer un simple huevo frito”.
Desde su punto de vista, el alumnado de FP está más centrado, lo que no quiere decir exento de problemas. “En los grupos superiores, tienen más edad, más capacidad de entendimiento. Pero también otros problemas como pagar la hipoteca del banco o con quién dejan a su hija para poder acudir a clase”. Situaciones más serias, de ahí que exista el abandono, porque no pueden compatibilizar las clases con turnos de trabajo.