
La falta de usuarios ha hecho que el Plato Solidario deje de funcionar. Tras el parón del verano, la asociación ha decidido no volver a poner en marcha este servicio de menú diario para personas sin recursos, ya que las cifras de beneficiarios ha llegado a ser muy reducida. El pasado día 31, la presidenta de Plato Solidario, Maribel de Rus, la tesorera, Tamara Alaguero, la secretaria Paqui Lechuga y la voluntaria María Isabel Ortiz, acompañadas por el concejal de Servicios Sociales, Lorenzo Andreu ofrecieron una rueda de prensa en el Consistorio para explicar las causas concretas del cierre de la actividad. Según Maribel de Rus, “el Plato Solidario se cierra por falta de usuarios y porque los usuarios que iban no querían el plato”. En cambio, la asociación quiere agradecer la ayuda prestada, hasta el último momento, por los restaurantes y las panaderías, que ofrecían su pan y su comida (no entregaban sobrantes, cocinaban platos ex profeso para esta iniciativa) de forma desinteresada. “Lo que no estábamos dispuestas a hacer era tirar comida que habían preparado para nosotras”, explica Maribel de Rus.
Ante las críticas vertidas en redes sociales, la presidenta de la asociación, Maribel de Rus, también ha querido desmentir que los restaurantes o el actual Gobierno Local no les haya apoyado. “Eso es mentira. El PP nos ayudó y el PSOE nos ha ayudado también. Este gobierno ha mandado cartas pidiendo ayuda a los restaurantes. La alcaldesa no se ha cargado nada”.
El Plato Solidario comenzó a funcionar en 2012. En la época de más usuarios, llegó a haber entre 35 y 40 personas,y en la que menos, entre 15 ó 20, pero desde este verano, escasamente acudían 3 ó 4 personas. Estos últimos reciben ahora el menú diario de ‘Menjar a casa’, un proyecto conveniado entre la Conselleria y el Ayuntamiento, que en Santa Pola, en la actualidad, atiende a 26 personas. El concejal de Servicios Sociales, Lorenzo Andreu considera que es “una lástima que la asociación se quede en stand by. Tenemos mucho que agradecer el trabajo y nuestro apoyo siempre lo han tenido”.
La secretaria del colectivo, Tamara Alaguero, asegura que, ”si hiciera falta, estamos dispuestas a volver. No disolvemos la asociación, y si hay gente que necesita un plato de comida caliente al día, allí estaremos”. Sin embargo, a día de hoy, las voluntarias tienen “una sensación de pena, ya que te ilusionas con un proyecto que hace falta y ves que hay gente que no es agradecida. Hay gente que no lo sabe valorar y, posiblemente, pagarán justos por pecadores”, añade Tamara Alaguero.