GASTROPOLA
 

El mar y la gastronomía, pasado, presente y futuro de Santa Pola

 
Viernes 25 de marzo de 2022 0 comentarios
 

En el Club Náutico de Santa Pola tuvo lugar la presentación del proyecto “Gastropola”, que pretende dinamizar e impulsar la revitalización de la gastronomía marinera local, dar a conocer el valor de los “héroes sociales” municipales que producen y proporcionan los agroalimentos de origen marino, identificar y valorizar el producto local, así como recuperar y preservar recetas marineras tradicionales.

Este acto está enmarcado en la celebración del 50 aniversario del Club Náutico y está organizado por el GALP Bahía de Santa Pola.

En la presentación intervinieron la alcaldesa de Santa Pola, Loreto Serrano, la gerente del GALP, Argentina Bonmatí y el presidente del Club Náutico, Pascual Orts.

La exposición del proyecto fue a cargo de José Antonio González Pérez, coordinador científico de los proyectos Macarofood & Mariscomac y Director del aula Cultura, Ciencia & Gastronomía de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria.

José Antonio es natural de Santa Pola, por los estudios de Biología Marina se trasladó a las Palmas de Gran Canaria, donde conoció a su mujer y estableció allí su vida. Está trabajando en varios proyectos ligados al mar, revalorizando los pescados, la sostenibilidad y el compromiso con el aprovechamiento de los recursos.

PRODUCTO LOCAL

El profesor José Antonio González antes de comenzar a exponer la propuesta “Gastropola” comenzó definiendo los atributos del producto local.

Proximidad: Dentro de este atributo existen distintas variaciones que se pueden tener en cuenta. Por km0, puede ser para los que solamente son de Santa Pola, otra distinción para las zonas de alrededor y comarca, y otra clase sería para lo provincial o similar. Aquí también distinguiríamos la estacionalidad, temporada o cosecha.

Sostenibilidad: Este concepto cada uno lo definiría de una manera, tipo ambiental, ecosistémica, biológica y psicológica. Es una utopía útil y hay que ser cada vez más sostenibles.

Calidad nutricional: Es una cuestión muy importante y que depende mucho del método de captura y sacrificio del pescado. Es muy importante diferenciar si es un pescado magro, semigraso o graso, fundamental para nuestra alimentación y salud. También afecta la temperatura de comercialización y composición química.

Patrimonio cultural: Cada pueblo tiene unas especies marinas arraigadas a su gastronomía, cultura y tradiciones, se investigará cuáles serían las más arraigadas en Santa Pola.

Aspectos socio económicos: Aquí la característica podría ser el valor añadido. José Antonio explicó que sería interesante que con el tiempo, a medio o largo plazo, se generara ese valor añadido por trasformación del pescado, por ejemplo que se comercializaran lomos de cualquier especie ultracongelados al vacío, así el valor añadido quedaría en Santa Pola.

Posteriormente se trataron los beneficios que implica el consumir producto local. Mejora el estado de salud y bienestar de la población, contribuye a mantener el empleo, ayuda al aumento del atractivo turístico de la cocina tradicional, también implica sensibilizar el consumo de producto de proximidad con baja huella ecológica y contribuir a la sostenibilidad del conjunto de nuestros recursos agroalimentarios. Y una característica muy importante sería la soberanía alimentaria. A modo de ejemplo, implica que autonomía alimentaria tendríamos si se produjera un desabastecimiento por cualquier motivo, por eso si consumiéramos más producto local, tendríamos menos dependencia de lo que viene de fuera y seríamos más autosuficientes.

PROYECTO GASTROPOLA

Gastropola consiste en una propuesta para revitalizar la gastronomía marinera de la bahía de Santa Pola y poner en valor a los “héroes sociales”, el patrimonio cultural y el producto local.

El objetivo de este proyecto es dinamizar e impulsar la revitalización y conservación del patrimonio gastronómico de la bahía de Santa Pola, generando un efecto tractor que consiga activar a los restantes sectores socioeconómicos y socioculturales evolucionando hacia un turismo sostenible y de mayor calidad.

González indicó que tenemos que crear una red de colaboración para la promoción y generación de valor añadido en la cadena de valor empresarial del producto local. “Tenemos que conseguir que nuestros productores, comerciantes del sector primario, los pescadores, tenderos y comerciantes sean vistos por la sociedad como lo que son, verdaderos “héroes sociales”. Tenemos que pensar en las personas que trabajan, que se esfuerzan y que nos traen un producto sostenible, de calidad y sanísimo para nuestro bienestar y nuestra salud. Tenemos que considerar debidamente a las personas del sector primario”.

Entre los objetivos, Santa Pola tiene que convertirse en un santuario de peregrinación gastronómica.

Objetivos específicos
-  Generar una red comarcal de colaboración entre el sector primario, principalmente la pesca, y el de la restauración.

-  Idear y valorizar los productos pesqueros emblemáticos y humildes de la zona creando un calendario de productos.

-  Recuperar, preservar y dar a conocer las recetas marineras tradicionales, tanto de hogar como de los barcos.

-  Crear y divulgar las recetas marineras para reforzar la cocina de hogar y dinamizar a la restauración de proximidad contribuyendo a generar un turismo sostenible y de calidad.

José Antonio explicó que le hierve la sangre de ver unas determinadas especies de pescado a un precio tirado por los suelos, como el caso del Sorell. “Tenemos que deslangostinizar y dessalmonizar la sociedad, son dos productos que vienen de acuicultura que en su mayor parte nos llega de américa en aviones, contaminando.Tenemos al Sorell un pescado azul con omega 3, cardioprotector, y nosotros mismos lo despreciamos. Sé que cambiar los hábitos alimentarios cuesta, hay que hacer una reflexión profunda para convertirnos en consumidores mas responsables y hasta yo diría más inteligentes. Velar por nuestro bienestar y salud puede no ser caro, puedo hacer una lista de 15 especies que tienen unos precios por los suelos y con valores nutricionales superinteresantes, y que sobre todo son frescos, locales, de temporada y nos dan máxima seguridad, pero preferimos estar comiendo salmón todo el año o langostinos, que no digo que no haya que comerlos, pero hay que priorizar lo nuestro”.

Para este proyecto le gustaría realizar un calendario de temporada de los productos de bolsillo, para que la hostelería y en los hogares puedan saber qué productos van a traer los barcos en cada momento.

La metodología de trabajo de este proyecto sería realizar reuniones de coordinación, planificación y logística. Realizar entrevistas a representantes de la cadena de producción y valor empresarial del producto local. Se deberán obtener imágenes y vídeos, maquetando una publicación digital con los resultados del proyecto. Esa publicación se podrá distribuir en tres bloques, primero las declaraciones de los “héroes sociales”, el segundo bloque las recetas, y el tercero el calendario de temporada.

En las recetas que se creen, también se van a explicar las características alimenticias de ese pescado, propiedades nutricionales, organolépticas, cuándo se reproduce, qué tamaño alcanza y curiosidades.

MESA REDONDA

Tras la exposición del proyecto se realizó una mesa redonda en la que participaron distintos agentes relacionados con el proyecto, Pepe Andreu de la Cofradía de Pescadores, Pepa Garri de la Asociación de Comerciantes, Ángel Lillo director del IES Cap de l’Aljub, Antonio Pages del restaurante Moniatos, José Manuel Blasco del departamento de Turismo, Samuel Ortiz de La Camperola y Antoni Mas i Miralles de la Universidad de Alicante.

Todos destacaron que hay que aprovechar y fomentar el pescado de temporada, humilde y olvidado, y dar valor a lo que tenemos.

La Cofradía de Pescadores expuso que hace unos 6 años, en algún día de mucha captura podía tirar hasta una tonelada de peces, porque no se querían. Eran peces no conocidos u olvidados, “ni siquiera donándolos los querían, porque no sabían como trabajarlos. Por ese motivo se empezó a comercializar el Caldo de Caldero”. De esos 700 u 800 kilos diarios que se tiraban, ahora no se tira y se ha conseguido incrementar considerablemente el precio de esas especies.

Estuvieron de acuerdo que hay que ir a la búsqueda de la economía circular. Poner en valor nuestros productos y gastronomía, ofreciendo algo más que pescaditos, calamar, y demás….

También se comentó que para promover la gastronomía santapolera haría falta mucha promoción. Hay que controlar la calidad y la procedencia cuando se utiliza como reclamo el pescado de Santa Pola, sea con sellos de calidad, distintivos o certificaciones. “Cuando alguien se coma un caldero de Santa Pola que sea el de verdad”. Desde Turismo apuntaron que el turista busca la singularidad, por lo tanto hay que ofrecerles nuestros productos únicos y tradicionales. “Quizás ese pilar de la singularidad puede ser la tradición, aunque actualmente hay muy pocos cocineros que quieran hacer cocina tradicional”.

En la próxima reunión que se realice en mayo aproximadamente, se van a recoger los platos y materias primas representativas de Santa Pola, los tradicionales, olvidados y emergentes.

 
 

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