Posiblemente estemos inmersos en la segunda oleada de la crisis más grave conocida por el hombre desde el famoso Crack del 29. Millones de españoles se encuentran en situación de desempleo y, por ello, han de realizar un particular examen de conciencia curricular. Para José Mazón, gerente de la Agencia de Desarrollo Local de Santa Pola, “lo primordial es hacer un análisis de situación, dónde me encuentro a nivel de formación, en qué situación se encuentra mi sector, cómo se encuentran otros competidores, cuál es el mejor mercado, qué tipo de servicios he de ofrecer… en resumen, preguntarse quién soy, dónde voy y qué tengo que hacer para conseguirlo, algo que desde la ADL le ayudamos a realizar”.
Lo principal para sobrellevar y vencer a esta grave situación es, en primer lugar, “la visión positiva, no la derrotista. Lo segundo, las ideas. Lo importante es la idea, porque siempre se pueden buscar los recursos o la forma de financiación, bien mediante crédito, bien mediante socio inversor. Pero, eso sí, nunca hay que tener el pensamiento de montar una empresa sólo para recibir una subvención”.

La etiqueta del éxito

Decirlo es fácil, pero, qué ideas son las que tienen la etiqueta del éxito colgada del cuello, pues “toda aquella que pueda cubrir una necesidad en el mercado o aquella que genere otro mercado”. Algo vago, si se mira de esta forma tan esquemática, pero un ejemplo de ello es el mercado de salud, “un sector emergente que, hace cinco años, nadie podía plantearse este boom”. Mazón aconseja centrarse en esos sectores emergentes y en una nueva manera de ver el producto-servicio.
La innovación es la clave del éxito y, con innovación, “no me refiero a tecnología punta, sino a hacer las cosas de una forma distinta, más ajustada con las necesidades del mercado, con la realidad. Pongamos por ejemplo la pesca, el señor que descubrió que capturar más no era ganar más dinero y cambió su embarcación a una más pequeña con sólo tres marineros… tuvo éxito, porque su función costes-beneficios mejoró considerablemente”. Ahora, apuntaba, es el momento para ver nuevas necesidades del cliente, para recolocarse y posicionarse a través de la atención, la cercanía o la especialización en el producto.

El mercado del sol

También apuntaba al enorme mercado que supone el sol, “más de 200 días al año bañan de sol las costas santapoleras y eso hay que aprovecharlo, venderlo. Centrarse en el ramo hostelero, fomentar nuevos establecimientos hoteleros para facilitar las pernoctaciones, ofrecer actividades paralelas, vendernos en los mercados adecuados. La industria turística se ha transformado enormemente y hay que adaptarse a ella. Desde no cerrar en domingo hasta cambiar los horarios de apertura y cierre cuando, realmente, Santa Pola está llena de público”. Para salir de todo esto hay que estar dispuestos, hay que tener en mente un cambio del modelo actual y pensar completamente del revés. Por ejemplo, “no se puede reducir la publicidad en tiempos de crisis porque, lo importante, es atraer al cliente a la puerta de tu negocio. Lo primero es conseguir que entren. Para ello hay numerosas herramientas y, recordémoslo, las nuevas tecnologías abren nuestro negocio al mundo”.
Las estrategias para conseguirlo pueden ir desde la iluminación de los escaparates por la noche “como en Italia, puesto que es de noche cuando se suele pasear en verano, hasta la creación de un espacio comercial abierto en el centro de Santa Pola. Crear algo atractivo para que al potencial cliente le resulte más agradable pasear por aquí que por el centro comercial. Ocio y negocio tienen que ir de la mano”

Pilares para el desempleado

Esta filosofía es perfectamente aplicable al parado de a pie, quien tiene que centrarse en tres pilares. En primer lugar, creer en él; en segundo, pensar que está capacitado para trabajar y, en tercero, afrontar la situación con filosofía positiva. Este último punto se resume en la necesidad de aprovechar el tiempo para reciclarse y para mirar nuevos mercados, nuevos lugares donde puedan estar interesados en sus servicios. “Estudios, idiomas, desplazamiento, nuevas tecnologías… todo esto es imprescindible hoy en día para tener más posibilidades de encontrar una colocación”.
Pero, sobre todo, aseguraba el gerente de la ADL que lo que hace falta es “optimismo, salir de la espiral derrotista sustituyéndola con entusiasmo porque, si no es así, no se proyectará la imagen necesaria para cambiar el negocio, para cambiarnos a nosotros mismos. Vender algo, o a uno mismo, es muy complicado sin el optimismo”. Recordaba que la clave del éxito para cualquier empresa reside en el capital humano, “que es insustituible”, y en la suma del “talento colectivo, de todas las características y virtudes positivas de los trabajadores de una empresa y de la creación de un proyecto común”. Esta idea está muy bien pero, del mismo modo, también reconoce que “el empresario ha de reciclarse, ya no basta con fichar grandes talentos, hay que buscar el talento organizacional, los valores organizacionales, la creación de equipo y, cómo no, la motivación y reparto de beneficios… por desgracia, es la asignatura pendiente”.
Finalmente, indicaba que de nada sirven todas estas ideas si no hay financiación por parte de los bancos. “Esto es lo que ha de cambiar inmediatamente, porque todos estamos sometidos a su visión del préstamo, lo que lastra enormemente la reactivación económica”.

Porque cuando otros suben, nosotros bajamos

Las cifras de desempleo en Santa Pola presentan, por ahora, una ligera mejoría. Se ha rebajado la cifra de desempleados en 303 personas desde mayo a agosto, situando la tasa de paro en un 12,34%. Parte de estos buenos datos residen en las más de 10.783 acciones que han llevado a cabo desde la ADL. Se han puesto en marcha 39 empresas, lo que ha generado 55 puestos de trabajo y han gestionado 25 productos financieros, para nuevas iniciativas.