Desestacionalización. Una palabra, un término que no se encuentra en el diccionario pero que aquí, en Santa Pola, puede llegar a significarlo todo. Desestacionalización es intentar atraer al turista más allá de los periodos vacacionales, de la temporada alta y de los maravillosos puentes. ¿Por qué? Pues para conseguir un empleo más estable y mejores servicios, de más calidad y más diversos de los que podrán disfrutar todos los santapoleros.
¿Hay camino andado? Sí, pero queda aún mucho por recorrer. Mercedes Landa, la edil de Turismo adelantaba que, lo primero de todo, será mantener una reunión con todos los actores interesados -Ayuntamiento, hosteleros, comerciantes, clubes deportivos, etcétera- para “saber qué es lo que tenemos, qué es lo que queremos y en qué podemos trabajar y cómo desarrollarlo”.
Todo esto desembocará en la redacción de un plan global sobre el que trabajar en consecuencia, “con atención especial al Plan General de Urbanismo y a las zonas donde poder construir hoteles”. Sin embargo, quería señalar que “no es fácil, especialmente cuando nuestro turismo proviene, en su grandísima mayoría, de las segundas residencias, lo que condiciona a la hora de la elaboración del proyecto global”.
Uno de los aspectos, dentro de los muchos a tener en cuenta en la redacción del mencionado plan global es el ocio, la creación y mantenimiento de estos espacios “pues no es lo mismo un municipio con muchas plazas hoteleras, con gente que va y viene y sabe que puede disponer de unos días de ocio y oferta complementaria, que la llegada de veraneantes que acuden a su segunda residencia y que no están interesados en ese tipo de actividades”.

Un nuevo modelo

Santa Pola apostó en su momento por el turismo residencial “y habrá que modernizarlo porque no está produciendo puestos de trabajo”. Este turismo es altamente estacional, “y ayudó al sector de la construcción, pero todos sabemos cuando empieza, cuando acaba y que no se puede hacer nada en el medio”.
La solución, que según la responsable de Turismo, será muy compleja de encontrar, “pasa por un plan de promoción turística diferente, innovador, original, para que la gente quiera venir. No sólo los que tienen una segunda residencia, sino otros que busquen su alojamiento en los hoteles locales”.
En cuanto al turismo deportivo, gran herramienta desestacionalizadora y que se ha estado potenciando, lo calificaba de “muy bueno” y, “en algunos casos, llama la atención y atrae a mucha gente, pero hay otros atractivos únicos que tiene la villa y se tienen que potenciar mucho más: cultura, historia, rutas naturales, playas todo el año…”.
Hasta el momento en que llegue el capital interesado en realizar una inversión hotelera, “se trabajará de forma paralela en la potenciación del alquiler vacacional de esas segundas residencias que, en invierno, permanecen cerradas”.