Los vecinos de Santa Pola han venido denunciando tanto al Ayuntamiento como a la Policía Local la presencia constante de azufre en varias fachadas del municipio. Fran Martín, concejal de Medio Ambiente, corroboraba este hecho, abundando en que “sobre todo, se han detectado un gran número de casos en la zona alta”.
Este “popular” remedio para evitar las micciones caninas en las fachadas viene siendo práctica habitual desde hace más de cincuenta años, lo que no quita que sea ilegal y poco efectivo.
Preguntado el responsable de Medio Ambiente sobre si es legal rociar con polvos de azufre las fachadas declaraba que “rotundamente no. Está completamente prohibido verter sustancias químicas en la vía pública, pues va en contra de la Ordenanza de Convivencia Ciudadana y es objeto de sanción económica”.
A este respecto, fuentes policiales consultadas por el medio declaraban que “no se puede multar salvo que se pille en el momento al infractor, pues no hay constancia de si el dueño de la casa o responsable de la finca es el que ha realizado el vertido”. Desde la Policía Local sí que “instan tanto al vecino como al responsable de la finca que elimine de su fachada el azufre”.
No son nuevas las quejas de muchísimos vecinos ante la proliferación de micciones caninas en fachadas, farolas, papeleras y un largo etcétera. La concejal Loreto Serrano recordaba no hace mucho que “por culpa de los orines de perros, hemos tenido que retirar varias farolas, pues corroen su base y existe un altísimo riesgo de caer. Esto conlleva no sólo un gran gasto al erario público, también un importante riesgo para el ciudadano. Riesgo y gasto que hemos de soportar todos por culpa de algunos incívicos”.
No es de extrañar, por tanto, que algunos desesperados vecinos, hartos de aguantar olores y ver cómo su domicilio o finca se deterioran, acudan a medidas desesperadas, no muy legales y, sobre todo, peligrosas. Miguel Buendía, del Centro Veterinario Carmivet, apuntaba que “el azufre no sólo puede ser peligroso para la salud tanto de las personas como de los animales que tengan contacto con éste, también es poco efectivo. Si lo que queremos es disuadir a los perros, es mucho más efectivo el vinagre y, si hablamos de químicos, fregar con estropajo y amoniaco la zona garantiza que se acerquen muchos menos perros”.
Los efectos perniciosos para la salud, tanto del animal como del humano que tenga contacto con esta sustancia, “van desde la irritación ocular hasta la asfixia, pasando por desórdenes estomacales y gastrointestinales, daños cardíacos y en el sistema inmunitario. Todo depende de la cantidad que hayan ingerido o inhalado”, señalaba el veterinario.
Por otro lado, vecinos que ya han puesto en conocimiento de las autoridades algunos ejemplos concretos de vertidos de azufre, querían declarar que “imagínese que el perro lo lame… o mi nieta, que va andando por la calle, toca la pared o se le cae el chupete. No hay que poner en riesgo la salud ciudadana porque, esto, ya es de vergüenza. El pueblo está muy sucio”. Las mismas fuentes consultadas por el medio aseguraban que se han puesto en contacto tanto con el Ayuntamiento como con la Policía Local para informarles de vertidos “y aún están en el sitio. Nadie ha ido a limpiarlos”.