La Conselleria de Educación ha decidido dar carpetazo al Ciclo de Dirección de Servicio en Restauración que se impartía en el IES Cap de l’Aljub. Un “mal endémico” que ha afectado a los centros periféricos, digamos, más allá de Alicante o Valencia. La Dirección General de Formación Profesional ha decidido que el centro santapolero, al menos este año, no tenga la oferta del primer curso del FP superior de Servicios de Restauración. Diez son las matrículas que han quedado en el aire, “nosotros lo hemos trasladado a instancias superiores”, apunta Ángel Lillo, director del IES Cap de l’Aljub, quien añade que “pero contestaron que, por falta de matrícula (de número de interesados), estos ciclos se centraban en las capitales como Valencia o Alicante”.
Los motivos, la no excesiva demanda de estos ciclos superiores. Al no haber suficientes alumnos, se ha eliminado. Ahora, la solución que tienen los alumnos es desplazarse a la localidad donde sí que están ofertados. Esto, además, ha supuesto la pérdida de 1,5 especialistas de hostelería y hasta tres profesores en horas de formación.
Pese a la numerosa demanda de profesionales formados por parte de las empresas de hostelería y restauración, este ciclo no se solicita. “Hace años que experimentamos un boom de cocina. El servicio en sala escasas veces sale a relucir en los medios de comunicación. Le han visto mayor filón a la cocina que a la sala, y no se contempla como opción por los jóvenes”, explicaba Lillo, quien corroboraba que “el mercado laboral, los empresarios, demandan la titulación”.
Estos profesionales son demandados y pagados como tal, “porque cuando se requiere un profesional con su titulación correspondiente, lo sueldos van en consonancia”. Y son muchos los requeridos a los centros formadores. “Un profesional formado posee un respaldo económico. No hay muchos y su oferta económica para incorporarse al puesto es elevada”, explicaba.
Centros como el IES Cap de l’Aljub se nutren de profesionales de reconocido prestigio y trayectoria, quienes se convierten en receptores de esas ofertas dado su trayectoria dentro del sector. Ofertas que transmiten a sus alumnos. Aseguran, además que, cualquier personas que se interesa y completa el curso de Sala o Dirección de Servicio tiene trabajo seguro. “La incorporación al mercado laboral es mucho menor que la que puede tener una persona que estudie sala, porque el mercado está comenzando a estar bastante bien servido”, apuntaba el director. “Muchos de los trabajadores que actualmente prestan servicios en sala provienen de otros sectores, no son trabajadores especializados, de contrastada cualificación”, apuntaba.
Por todos estos motivos solicitaba Ángel Lillo que “los medios se hagan eco de que, un profesional que sale formado, es una persona válida. Un gestor de un establecimiento hostelero es consciente de la calidad, del trato, del servicio, de la competencia profesional. Evidentemente, si se busca un servicio de calidad (que es lo que busca la Adminsitración) se ha de pagar”.
El cliente, además, se siente a gusto, atendido. Es un punto diferenciador y, aun con la misma cocina, “si el trato es bueno, siempre se decantará por la opción que ofrece un mejor trato. En España hay mucha y buena cocina, pero el profesional de sala aporta la diferencia”.