La Capilla de la Virgen de Loreto, Patrona de Santa Pola, está ubicada en el Baluarte del Rey y constituye un espacio religioso secular desde los orígenes del Castillo. De siempre es muy frecuentada por los vecinos de Santa Pola y por los visitantes.
La cultura tradicional afecta numerosos aspectos de la vida cotidiana; entre los más destacados tenemos los que refieren a la religión y a la literatura popular. Fruto de la combinación de historia y ficción, de realismo y fantasía, surgen leyendas y mitos que forjan la historia de una comunidad. Para el caso de Santa Pola, es el milagro que refiere a la llegada de su patrona, la Virgen de Loreto, la que proporciona ese contenido mágico que toda localidad se precia de tener.
Cuenta la tradición, que allá por el año 1643, en el Puerto de Santa María (Cádiz), estalló una revuelta morisca que trajo el saqueo y la destrucción de iglesias y conventos. Ante esto, María Guadalupe, una mujer muy devota que tenía una imagen de la Virgen, huyó con ella hacia el puerto y la entregó a un pescador, envuelta en un mantel, para que la pusiese a salvo. El pescador tomó la imagen y preguntó dónde debía entregarla, a lo cual contestó la mujer, que lo hiciese en el primer puerto donde amarrase.
Una vez en alta mar, el pescador descubrió la imagen y la encontró tan bonita que decidió no detenerse hasta llegar a Villajoyosa, su ciudad.
El viaje llegaba a su fin cuando se inició un fuerte temporal, que obligó al marinero a detenerse en el puerto de Santa Pola. Al pescador se le planteó la duda sobre si debía cumplir o no su promesa, ya que quería llevarse la imagen. En un principio, la ocultó, pero cada vez que intentaba salir del puerto, el mar se lo impedía; y así en tres ocasiones, hasta que por fin comprendió que la Virgen quería quedarse en Santa Pola. Hecho esto, el pescador pudo llegar a Villajoyosa sano y salvo.