Construcciones Larisman, una de las empresas subcontratadas para la construcción de la piscina cubierta de Santa Pola no ha podido cobrar aún los 282.000 euros que se le adeudan de la obra. Así lo asegura su gerente, Francisco Fernández. “Hay otras empresas dedicadas al montaje de estructuras metálicas, electricistas o fontaneros a quienes también se les debe dinero, pero a mi empresa es a la que se adeuda más ya que nosotros hacíamos la albañilería y los pavimentos, que es la parte mayor de la obra”, explica Fernández.
Recordamos que la primera piedra de la piscina cubierta se puso el 22 de diciembre de 2006 y que a finales de 2008 una de las tres empresas que formaban la UTE (Unión Temporal de Empresas) a la que se adjudicó la obra, Midascón, entró en concurso de acreedores. “La empresa estaba en muy malas condiciones, el juez ya ha liquidado lo poco que había y nosotros nos hemos quedado sin cobrar nada”, explica el gerente de Construcciones Larisman.
Cuando estaba construyendo la piscina Francisco Fernández tenía 40 personas trabajando. Tuvo que cerrar la empresa y solo pudo pagarles las nóminas a los trabajadores, pero la Seguridad Social y Hacienda aún le reclaman pagos. Ahora trabaja como autónomo y está “sobreviviendo”, según comenta el afectado.
La concejala de Urbanismo, Lola Gadea, indica que “el Ayuntamiento no puede hacer nada porque no es el que ha contratado, si yo subcontrato a alguien el único responsable soy yo”.
Ahora es el juzgado el que debe adjudicar a otra empresa la obra y la posterior concesión administrativa para la explotación de la piscina. Según Gadea, este trámite jurídico está ya en su última fase y es probable que en breve sean las otras dos empresas integrantes de la UTE quienes se hagan cargo de la obra.
Será entonces cuando se puedan acabar los trabajos de una obra iniciada hace cinco años. Recordamos que el proyecto supone una inversión de 4,5 millones de euros y que en su día la Conselleria y la Diputación de Alicante aportaron sendas subvenciones de 250.000 euros