#JuevesPorlaInclusion #ThursdaysForInclusion, es una iniciativa promovida por @vilamuseu cuyo objetivo es visibilizar las acciones sobre accesibilidad e inclusión que se llevan a cabo en los museos.
Desde el Museo del Mar de Santa Pola se han unido a esta iniciativa y han querido poner en valor el duro trabajo de los hombres y los niños en la pesca de la caballa santapolera.
La pesca de la caballa fue una actividad que se realizó por pescadores de Santa Pola, desde mediados del S. XIX hasta 1965, coincidiendo con la independencia de Marruecos. Se pescaba en Larache o en Melilla y el barco era un Llaut o falucho (típico barco de vela de Santa Pola) que luego se sustituyó por embarcaciones a motor. Era un trabajo durísimo, ya que se pescaba con caña y con salabar (aro con red y mango). En la embarcación se hacinaban entre 15 y 20 hombres en compañía de dos o tres niños por barco. Al no haber neveras ni congeladores la conservación del pescado se hacía de modo artesanal, casi como en la antigüedad. Una vez cogida la caballa para que no se hiciera blanda la escalaban (que es abrirla por la mitad con un cuchillo en una mesita) y la echaban a un cesto de caña, se llevaba a una corona (aro grande con una red que cuelga del barco y toca el agua) y la desangraban en el mar. Una vez limpia la subían a cubierta para que soltara el agua y la salaban una a una. Se apilaban en la bodega hasta la vuelta. Esta caballa se exportaba a Italia y Portugal.
A través del testimonio de tres pescadores de la época Manuel Soler “Campaneta”, Gaspar Bonmati “Migó” y Francisco Montiel “El Bosco”, podemos escuchar de primera voz las vicisitudes vividas en la realización de esa dura faena, en el emotivo documento que se puede visualizar en el siguiente enlace de Youtube: https://youtu.be/hZwaQFt8Oac.