
El Acuario de Santa Pola se inauguró en 1983 estando situado en el interior del Castillo. Las primeras tortugas aparecieron a partir del año siguiente a la inauguración y no había un procedimiento establecido sobre cómo actuar, por lo que en el acuario fueron aprendiendo conforme adquirían experiencia. Inicialmente las ponían en un tanque con muy poca agua, les proporcionaban gravilla tipo conchas de moluscos trituradas que ellas comían y les ayudaba a digerir y a deshacer lo que tenían en el interior, expulsándolo con las heces, en las cuales se podían observar trozos de plásticos, nos comenta Esteban Antón encargado del Acuario Municipal. Tuvieron que ponerse en contacto con veterinarios que acudían y les enseñaban un poco los cuidados, y así fueron aprendiendo a darles antibióticos y a realizarles curas, recuperando muchos ejemplares.
En los años 80 no había una protección oficial de la tortuga, era típico ver un barco con una tortuga que muchos llevaban a los restaurantes para hacer callos de tortuga.
Poco a poco se empezó a concienciar sobre este asunto, comenzó a salir en prensa y desde la Universidad de Valencia se creó la iniciativa de promover la protección de la tortuga. En esos tiempos estaba el ICONA quien dirigía la conservación de la naturaleza, y por mediación ellos se fueron realizando congresos y reuniones, a raíz de esto publicaron leyes para la protección de la tortuga en el año 1989.
En Santa Pola se recogían entre 6 y 10 tortugas al año, traían ejemplares de casi toda la provincia y el Acuario se encargaba de todo en colaboración con la Universidad de Valencia, quienes antes de soltarlas venían para ponerles anilla.
Se recogían por varios motivos. Uno de ellos era porque aparecían en las artes de pesca, siendo el mayor problema para ellas la pesca del palangre, porque la tortuga veía el cebo y lo mordía quedando cogida en el anzuelo. Los pescadores en esos tiempos cortaban el hilo sin subir al animal a bordo, produciendo esta acción unos problemas y secuelas causados por el anzuelo y el hilo. Posteriormente aparecían heridas por la costa y acababan recogiéndolas embarcaciones deportivas.
Años más tarde cuando los marineros estaban concienciados se actuaba de otra manera. Cuando pescaban una tortuga llamaban directamente al Acuario, las mantenían en el barco y cuando llegaban a puerto las entregaban.
En los primeros años no necesitaron ningún papel ni autorización, pero a partir del 2001 la Generalitat les pedía un informe anual y se renovaba la autorización anualmente, hasta el 2010 cuando les exigieron ser núcleo zoológico y se tuvo que dejar de prestar este servicio.
El Acuario hasta el 2012 ha mantenido tortugas en sus instalaciones. Solían mantener dos ejemplares expuestos, principalmente pequeños, donde pasaban como máximo 1 año aproximadamente para posteriormente liberarlas.
Próximo acuerdo
El Acuario está próximo de volver a tener un acuerdo con la Generalitat Valencia y la Universidad de Valencia para volver a ser un centro de recogida y recuperación de tortugas, y seguramente podrán volver a tener tortugas en el Acuario para poder ser visitadas y concienciar sobre su protección.
Remodelación Acuario
En año 2010 el Acuario fue remodelado para convertirlo en punto de recepción del Barco Museo Esteban González, modificando la sala de proyecciones, paneles informativos y mobiliario. Desde la Escuela Taller también realizaron pequeños arreglos en los servicios, quitando la moqueta del suelo para colocar pavimento. Actualmente el Acuario necesita una nueva reforma ya que el paso de los años y la alta humedad han deteriorado muchos elementos, como los paneles y estructuras de madera o la cartelería y aparatos para el mantenimiento del agua.