Representantes de skaters, grupos de música o b-boys acudieron el pasado sábado a las futuras instalaciones del Skate Park para comprobar, de primera mano, la evolución de las obras. A esta visita acudió la concejal del área, Lola Gadea, quien explicó que “la evolución es favorable y se espera que sean entregadas en plazo”.
Gadea citó a los representantes de los colectivos interesados para que comprobasen, de primera mano, que se están llevando a cabo las especificaciones técnicas de un proyecto que no está exento de complicación. “No sólo se trata de ejecutarlo, sino de que los materiales y la finalización, el remate del mismo, sea perfecto”, aseguraba.
Dinero “bien invertido”
El futuro Skate Park abarca una superficie de 4.936,91 metros cuadrados, de una parcela neta de 16.000, propiedad del municipio. Esta parcela está catalogada como Suelo Dotacional Deportivo, por lo que no se descarta la instalación de futuros proyectos.
El presupuesto total de la obra es de 509.575 euros, de los cuales, solamente un tercio de los mismos habrán de ser sufragados por las arcas municipales.
Como se ha comentado en repetidas ocasiones, el Skate Park dará contestación a necesidades que se vienen demandando desde los años 90. “Esperamos tener unas instalaciones para los que practicamos el skate que sean seguras”, apuntaban, “y, si se construye como se ha acordado, será un punto de referencia no sólo a nivel provincial. Son muchos los que practican un deporte que puede considerarse como minoritario por la gente, pero también hay que decir que, si unas instalaciones están bien, no nos importa desplazarnos donde sea”.
Hasta seis grupos
Por otro lado, el proyecto contempla la creación de tres locales de ensayo. Antonio López, coordinador del Racó Jove, apuntó que “hasta un total de seis grupos podrán compartir instalaciones. Se está estudiando tanto el precio como el futuro reglamento de uso de las zonas compartidas”, declaraba.
Los representantes de los colectivos indicaron a este medio que “lo más importante es el horario de apertura que van a permitir. De nada sirve que este tipo de instalaciones estén abiertas un lunes a las doce de la mañana. Es preferible que se abran a partir de las cinco de la tarde y hasta la noche”. Otros añadían que, “especialmente, habrán de estar abiertas viernes y sábados, al menos, hasta las dos de la mañana, si es que queremos sacarle todo el potencial a lo que se va a construir”.