EXPOSICIÓN
 

Testigos de un conflicto que cambió la forma de entender el mundo

 
Viernes 28 de noviembre de 2014 0 comentarios
 

La exposición ‘Conflicto Indochina, 1859-1989’, a cargo de José Antonio Manarel Sempere (la cual estará a disposición del público del 4 al 9 de diciembre, en Amfisa -Calle Ramón y Cajal, 9-, de 10 a 13 y de 17 a 20 horas), nos permite conocer la realidad de Vietnam. Un país que sufrió la colonización francesa en el año 1859, hasta una guerra civil devastadora un siglo más tarde, desde 1965 hasta el 1975. Posteriormente, se unificaron tanto el Vietnam del Norte (comunista) con el Sur (sujeto a la colonización occidental), bajo el régimen impulsado por Ho Chi Ming, que permanece hasta hoy en día, con un régimen de capitalismo de estado.

El antiguo Siam
En la muestra, podemos contemplar los orígenes del antiguo Siam, que resistió los embates del imperio chino. “Bajo la excusa del asesinato de unos misioneros”, afirma Manarel, “tanto Francia como España extendieron su brazo colonizador hacia la perla del sudeste asiático, rica no sólo en materias primas (caucho, arroz, seda…), sino también un punto referente a nivel geoestratégico por su proximidad a la península de Indochina (Laos, Camboya y Tailandia)”.

Tras la marcha de los españoles (de la famosa Cochinchina), en el año 1859, fueron los franceses los encargados de colonizar la zona y destruir los fundamentos de un histórico imperio, Siam. La situación se mantiene así hasta la entrada de la Segunda Guerra Mundial, “cuando el gobierno de Vichy, títere de Alemania, dejó pasar a las tropas japonesas para el control de Indochina, con el consiguiente abuso”.

Como a Bin Laden
Es la antigua CIA la que ayudó a Ho Chi Ming logísticamente para armar una guerrilla contra los japonenses (algo que les saldría igual de mal 25 años después, con el mismo apoyo a Osama Bin Laden en Afganistán para expulsar a los rusos). Toda vez concluye la Segunda Guerra Mundial, y bajo el auspicio, formación y recursos soviéticos, Ho Chi Ming reclama la independencia de Vietnam, echando a los colonos franceses.

“Tras este punto, desde 1946, comienzan las guerrillas con Francia, hasta 1954, momento en que se separa Vietnam en dos zonas de influencia, Norte y Sur”. El Norte pasa a estar controlado por la esfera comunista, mientras que el Sur pasa a ser un gobierno títere de Estados Unidos, “que lo usa como cabeza de puente en el sudeste asiático para evitar la expansión del comunismo”.

A partir de 1956 arrancan las incursiones en el Sur de la guerrilla del Vietcong, lideradas por Ho Chi Ming. Estados Unidos pasa de tutelar una zona a poner las bases de un conflicto sangrante, enviando a asesores militares y fuerzas especiales. Esta mala decisión desembocó en un conflicto armado (1964-75) “que terminó con la vida de 58.000 jóvenes norteamericanos y un millón de norvietnamitas, eso sin contar el enorme daño al medio ambiente y las, a día de hoy, terribles secuelas genéticas que sufre la población por culpa del agente amarillo o el agente naranja, dos potentes exfoliantes que utilizaban los americanos para arrasar la selva”.

Vietnam provocó el asesinato de presidentes, como el de Vietnam del Sur, Ngo Dinh Diem y John F. Kennedy; la desestabilización de todo un sector del mundo (el sudeste asiático); una intervención de la gran mayoría de las potencias mundiales occidentales (Inglaterra, Francia, Australia, Tailandia, Corea del Sur, incluso España) y la práctica totalidad del Pacto de Varsovia (incluso cubanos fueron asesores de las tropas del Viet Cong).

Además del drama humano, del que, como se ha comentado con anterioridad, aún se padecen las secuelas, a nivel colateral se sintieron los efectos en todo occidente: cambio en las reglas para la información periodística en las guerras (se puso punto y final a la libre información en los conflictos armados); finalización del reclutamiento forzoso en gran parte de occidente, sobre todo en Estados Unidos; impulso de cambios sociales (el Verano del Amor de 1969); alza de los derechos y libertades de las minorías étnicas (movimientos como los Panteras Negras, Malcom X, Martin Luther King, Muhammad Ali…), y un largo etcétera.

Sufrimiento por doquier
Finalmente, José Antonio Manarel quiere apuntar que “el conflicto armado, de forma abierta, sí que se pudo dar por concluído (con derrota estadounidense) en 1975, sin embargo, se extendió a Camboya –Yemenes Rojos-; China invadió Vietnam –retirándose en 1989 de Camboya-. En resumen, el pueblo vietnamita ha sufrido y perdonado bastante a todas las potencias de una y otra parte, abriéndose al mundo y permitiendo la llegada del libre comercio”. Una historia que, además, le toca de cerca, pues José Amorós Sempere, “Pepe el Guerrillero”, familiar suyo, fue herido en este conflicto.

 

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