La música no es el lenguaje universal. Nos afecta más que las otras artes, quizás, por el hecho que no podamos verla o sentirla con el tacto. A pesar de este barniz mágico, en el fondo, no es más que una forma de expresión humana. Y, precisamente, ésta es su grandeza.
Este año 2014, cuando conmemoramos el 50 aniversario de la muerte de José Alfosea Pastor –el mestre Castaño, el mestre Alfosea– la Unió Musical Santa Pola y la Escola de Música que lleva su nombre celebramos la apertura de un nuevo espacio museístico dedicado al arte sonoro y a su figura.
La importancia del mestre Alfosea es, desde un punto de vista sociomusicológico, determinante en dos ámbitos. Primero, musicalmente, su carrera autodidacta le llevó a escribir un catálogo de más de 250 obras. Un bagaje en el que encontramos música para orquesta de baile, música coral, música de cámara y sobretodo bandística. En su momento, participó de la creación del repertorio de música para les Fogueres de Sant Joan y els Moros i Cristians d’Alcoi. Su música llegó a Madrid y, hasta donde sabemos, fue interpretada en Berlín, en 2010, por una agrupación castellanoleonesa.
Segundo, y más importante, su incidencia social. José Alfosea Pastor fue, junto a los Quislant y a Tomás Aldeguer, punto inicial de la tradición musical santapolera. Su experencia y su saber, transmitido a sus alumnos, fueron el germen primigenio de cuantas agrupaciones locales desarrollan, hoy, el arte sonoro. Aún más importante es la participación de Alfosea en la creación de la identidad santapolera. Obras como Santapola, la Perla Alicantina –con que debutó la Coral Levantina en 1975 y que hoy es himno de facto de la Unió Musical– o Mis amores se sienten en el imaginario local
como propias.
Afortunadamente, el agradecimiento social llevó a Santa Pola a dedicarle una de las arterias principales de la localidad: el carrer Mestre Alfosea. Aún más, en 1995, la Unió Musical de Santa Pola bautizó a su institución formativa como “Escola de Música Mestre Alfosea”.
A pesar de que tuvo que trasladarse a Alacant, José Alfosea Pastor siempre nos tuvo bien presentes. De ahí que, su última creación, fuera un sentido canto a la Mare de Déu de Loreto. La Plegaria forma parte de nuestro paisaje sonoro, de nuestra identidad como pueblo. Y es la mejor muestra de que la música es también un punto de encuentro y la depositaria de nuestros sentimientos.
Gràcies, mestre. Sabem que és per tu que fem música i que nostra és la responsabilitat i la satisfacció de mantindre el teu patrimoni.