Alberto Galera lleva 18 años confeccionando los trajes de las reinas y damas de las Fiestas, “ha habido años que no los he hecho o que sólo he hecho los de las mayores o pequeñas, pero, en la confección llevaré más de treinta años”. Dedicado, además, no sólo a los trajes regionales, “también trajes de novia, madrinas, ballets, espectáculos… hago de todo”.
Confeccionar el traje de gala de la mujer santapolera “no está exento de complicación. Después de tantos años vas cogiendo experiencia, pero siempre hay que innovar. Aproximadamente, tardo un mes y medio en confeccionarlos”. Lo que más cuesta, para Galera, es conseguir los materiales adecuados para que resulte más vistoso, “los trajes se cambiaron hace varios años, se cambió el color del pañuelo, se hizo la falda más larga. Ahora, la innovación viene por los materiales, mejores gasas, mejores brocados… y siempre ajustándose al presupuesto, que también es difícil”.

Lo último de lo último

Como ya se ha dicho en anteriores ocasiones, la Mujer Santapolera cuenta en su vestido con lo último de lo último, “con brocados que no estarán disponibles, que pertenecen a la temporada siguiente. A mí me viene el representante con las cartas de colores, de fondos de color, de bordados y de hilatura. A partir de ese momento, se confecciona algo único para Santa Pola. Es muy difícil que alguien lleve algo parecido a lo que visten las damas y reinas santapoleras”.
Es el brocado la parte estrella de este traje, “incluso, a las chicas, no les dice hasta la última semana. Es una sorpresa. El traje, en sí, siempre es el mismo, cambia el fondo de la falda. Sí que es verdad que hemos hablado de que, el próximo año, se haga algún cambio. A nivel personal, yo tengo una idea para el brocado, en la que se ganará en más vistosidad”.
Esta temporada, por ejemplo, se ha acortado el vestido en más de tres centímetros para que no se lo pisaran a cada momento,” hemos ganado en comodidad y funcionalidad”.
Agradece enormemente la “libertad” con la que cuenta en Santa Pola. “Tienen mucha confianza en mí y eso se agradece. Sí que mando alguna foto para ver cómo va evolucionando, pero hasta la última semana no pasan por el estudio”.
Como deseo personal, le gustaría que el traje de gala santapolero, tanto de hombre como de mujer, se vistiera más, “no sólo por parte de las autoridades en todos los actos, sino por el público en general. Sería una forma de recuperar el espíritu festero, daría mucho más colorido. Pero siempre tenemos el mismo problema, el dinero. Si bien son trajes que pueden ser para toda la vida, ya que pueden arreglarse, la inversión inicial cuesta”.

Un bonito proceso

En cuanto al traje de noche para la Corte de la Tercera Edad, lleva un proceso totalmente diferente. “Con ellas lo que hago es hablar y proponer un boceto que se ajuste a su gusto. Me dejan abiertos un par de colores y ya fundo yo los elementos de cara al resultado final. Este año, he de decirlo, han estado supercontentas con el resultado. A las señoras de la tercera edad no se las valora tanto como a las chicas, pero también llevan un proceso muy bonito”.