Ayer se celebró el Cambio de Joyas de la Virgen de Loreto, acto que reúne a centenares de devotos de todas las edades, desde familias con sus pequeños hasta la tercera edad, que asisten a la Capilla del Castillo Fortaleza para mostrar su fervor a la Patrona de la villa marinera. Entre los momentos más característicos, la tradicional bendición de las “Medidas de la Virgen”(pasándolas sobre la talla) y el cambio de coronas. Y, cómo no, el beso que, entre lágrimas, quieren darle todos los que allí se congregan.
Las colas que se formaron para el acceso a la capilla, desde la misma hasta la entrada a la fortaleza, confirmaron una vez más el lazo existente entre la Virgen de Loreto y la población santapolera. Las Camareras de la Virgen, como cada año, se dedicaron a atender el acercamiento de los ciudadanos a la Patrona, de gestionar este momento de fe. De esta manera, tomaban a los bebés de las madres devotas para que recibieran la bendición divina .
Una de las madres que acudieron al evento con sus niños declaró: “Tenemos mucha devoción por la Virgen y es un honor que nuestra patrona cubra de bendiciones a mis hijos”.
Por otra parte, una señora de “vetarana” experiencia que accedió a hablar con este medio contaba que “se sentía muy emocionada” y que “estaba dispuesta a esperar lo que hiciera falta” con tal de encontrarse con la egregia figura. “Al fin y al cabo”, añadió, “en muchas ocasiones atiende las plegarias de aquellos que se encomiendan a ella”.
Por su parte, las Camareras de la Virgen alegan que se sienten muy contentas: “Cada vez que bajamos a la Virgen y la tocamos supone una alegría muy grande. Además, es un día que supone un punto de encuentro para la emoción religiosa y valores como la fraternidad”. Asimismo, aseguran que la patrona local “es un símbolo milagroso, aunque no haya constancia de todas sus intervenciones. Es así como cuida y vela por la felicidad de todos los santapoleros y demás seguidores”.