El pasado martes 5 de agosto tuvo lugar el encuentro entre el Conseller de Economía, Máximo Buch, la directora general de Comercio y Consumo, Silvia Ordiñaga y representantes de FAPYME, entre ellos, Pepa Garri, presidenta de la Asociación de Comerciantes, así como su presidente, Antonio Saez.
Los temas más destacables giran en torno a la ampliación de horarios comerciales y a la llegada de IKEA a Alicante. En el primer caso, la representante de los negocios de la localidad costera afirma: “No por trabajar más se vende más”. Por otra parte, añade que “los horarios de apertura ligados a los hábitos del turismo están ya fijados” y, así, aboga por “mantenerlos como están, es decir, adaptados al periodo estival de la costa”.
En cuanto a la construcción de un gran centro comercial junto a las instalaciones de la compañía sueca, los comerciantes alegan que no tienen nada personal contra la empresa pero “no va a crear puestos de trabajo, simplemente trasladará el empleo de un sector a otro y entre modalidades”. Además, para el colectivo local no es desdeñable el hecho de que “las grandes superficies venden todo tipo de productos, lo cual devendrá en el perjuicio del pequeño negocio”.
Por otro lado, cabe mencionar las peticiones de la asociación a favor de igualar las condiciones laborales y empresariales de contrato entre trabajadores familiares de los propietarios y asalariados de procedencia externa. De esta forma, Pepa Garri sostiene que, en esta tesitura de crisis económica, “muchos de los hijos de los regentes de algún comercio optan por sumarse a estas plantillas ante la escasez de oportunidades”. Por ello, prosigue: “Deberían establecerse las mismas ventajas fiscales, empresariales y profesionales que en los casos comunes”.
