La situación en el paseo Adolfo Suárez y la Avenida de Granada se recrudece. Parte del vecindario ha presentado numerosas quejas ante el Ayuntamiento con motivo del presunto exceso de volumen que se produce en las actividades comerciales de los negocios colindantes. A estas alturas, aún no existe un consenso al respecto.
El concejal de Ocupación de la Vía Pública y Aperturas, Antonio Pérez Huerta, sostiene que todos “los establecimientos del paseo cuentan con las licencias pertinentes que establecen los umbrales de sonido permitidos”. Por otra parte, añade que “la Policía Local ha realizado mediciones de ruido con los aparatos homologados para este fin y éstas no han arrojado ninguna violación de la legislación vigente”. También “se realizaron auditorías acústicas en el segundo piso de los edificios cercanos y el volumen no alcanzó en ningún caso los niveles permitidos”. Además, explica que “el bullicio que pueda provocar la considerable clientela de estos locales está fuera del control municipal”. Asimismo, el ejecutivo mantiene que “se han llevado a cabo reuniones con ambas partes con la intención de llegar a un acuerdo”.
Por su parte, Pepa Garri, presidenta de la Asociación de Comerciantes de Santa Pola señala que “la localidad sólo cuenta con sus servicios, es decir, el turismo, como motor económico y, debido a su carácter costero, se acomoda a las necesidades de los visitantes”. Así que, agrega, “hay que comprender que la época estival es de gran actividad turística, lo que no significa que no haya que cumplir con las reglas de convivencia y ejercer la acción comercial con el menor perjuicio posible para los afectados. Es deseo de los comercios santapoleros el llegar a un pacto entre todos los implicados”.
En cuanto a las cifras que arroja la temporada de verano, Garri, amparándose en datos oficiales, afirma que “se han registrado descensos en las cifras del paro del 4,5% en el sector terciario, frente al 4% de la industria y al 1,1% de la agricultura”. Por otro lado, “las afiliaciones a la seguridad social se han situado en un incremento del 5,8% en servicios y del 2,3% en los comercios al por menor”. También cabe destacar, según la representante de los negocios locales de la villa, que “los datos de afiliación de junio asociados a la pequeña empresa en la Comunidad Valenciana son de 194.047 nuevos inscritos, donde la provincia de Alicante copa la lista con un 3% más que el año pasado”. La concejalía de Comercio de Santa Pola, por su parte, reconoce que en la zona señalada se han generado 127 puestos de trabajos desde la inauguración de las nuevas instalaciones.

Los vecinos

Los ciudadanos contrariados por la presencia y las consecuencias de los establecimientos del paseo centran su denuncia en aquellos que ofrecen música en directo. De esta manera, una de las vecinas, alude: “Se escucha cierto murmullo por parte de los clientes pero el ruido de los conciertos supera con creces el sonido del resto de locales, de los cuales, algunos han moderado su actividad desde que empezaron las quejas”. Además, atestigua que “muchos shows comienzan a la una de la madrugada cuando podrían empezar antes”.
Otro argumento extendido entre el vecindario es que “una cosa es la época del año y otra no poder hacer coincidir los intereses de todos los implicados, si se quieren ofrecer música en vivo, existen zonas más adecuadas”. Por otra parte, en cuanto a las mediciones realizadas, uno de los vecinos asevera que “un técnico acudió a su casa para realizar una inspección de ruidos, pero fue con previo aviso a los negocios y en un día de escasa afluencia”. A su vez, algunos afectados declaran que “no se están cumpliendo los requisitos estipulados en la licencia”.
Por otro lado, también existen vecinos que dicen que “las quejas son exageradas y que el volumen de los locales respeta el descanso de las personas”, además de sostener que es “gracias a la construcción de estas instalaciones que esta zona dejó de estar abandonada y cobró vida”.

Los negocios

Juan José Burgos es dueño y encargado del Saint Janes, un establecimiento del paseo con música en directo. En su opinión, “lo que no se puede pretender es tener una casa en primera línea del mar y esperar no ser importunado por la actividad que es propia de estas zonas. Además, es un lugar de ocio tranquilo donde nunca hay peleas, tráfico de drogas o botellón”. De esta forma, continúa haciendo referencia al equipamiento de control acústico en su local: “Contamos con un medidor de decibelios que está acompañado de un limitador a 104 dbs instalado por un técnico y precintado por la policía. También se han comprobado los niveles de ruido dentro y fuera del local”.
Igualmente, ‘Rai’ Gilebert, propietario de Boulevard Puerto y Recycled, comparte buena parte de las consideraciones de Burgos, reconoce que su “actividad puede resultar molesta pero también hay que pensar en la cantidad de puestos de trabajo que se generan”. De la misma manera, se muestra optimista y expresa que está “seguro de que el conflicto se solucionará con el consenso de empresarios, vecinos y autoridades”. Finaliza prometiendo que serán “comedidos en el uso de las licencias otorgadas por el Ayuntamiento”.