Precedida por los cuatro clarines de Callosa del Segura, arrancaba por segundo año la Procesión de la Convocatoria, la cual salió puntual (a las 21.00 horas) desde la puerta de la Iglesia. Tras la Cruz de la Convocatoria procesionaron los estandartes de todas las cofradías de la villa marinera, escoltados por un bombo y una representación de los miembros que las componen.
Tal y como indicaba Ramón Bonmatí, presidente de la Junta Mayor de Cofradías, “este año queremos que la persona encargada de leer los pasajes sea el pregonero, pues pretendemos que tenga una participación más activa a lo largo de toda la semana”. Del mismo modo, se ha ampliado su recorrido, “porque el año pasado, parece, se quedó algo corto”.
A lo largo de una hora y media, en un solemne procesionar, el pregonero de esta Semana Santa, Oscar Baile Ubassy, leía en cada parada o estación cada uno de los pasajes de la Pasión y Muerte de Cristo. Pasajes que se identifican con cada una de las cofradías. A destacar, el Estabat Mater, que leyó en La Glorieta que es propio de la misa de la Virgen de los Dolores, “una composición poética que data del siglo XIII a la que han puesto música los principales maestros del Renacimiento, Barroco, incluso contemporáneos, como Kodaly”, tal y como indica el mismo Oscar Baile.
Estabat Mater
El Estabat Mater, que es en Latín, se tradujo por Lope de Vega, “esta es la traducción que utilizamos porque, si se hace de forma literal, no es tan bonito como la poesía que imprimió este prócer de las letras españolas”, señala el pregonero.
Abría la comitiva la Cruz de Guía, seguida por los clarines y el estandarte de Jesús Triunfante. Posteriormente, la Cruz de la Convocatoria, acompañada por el pregonero, el presidente de la Junta Mayor de Cofradías y José Navarro, cura párroco de la villa. A continuación, desfilaron los estandartes de Jesús de Medinaceli, Cristo de la Flagelación, Nuestro Padre Jesús Nazareno, Cristo de la Agonía, La Piedad, Cruz del Sudario, Cristo Yacente y, finalmente, La Dolorosa. Cerraba la procesión una representación de la Junta Mayor de Cofradías y autoridades civiles.
Una de las notas a destacar con respecto al año pasado fue el aumento en la participación del público, que se congregó mayoritariamente en la calle Iglesia y Glorieta. Finalmente, todos los estandartes recibieron la bendición del cura párroco.