En este escrito quiero manifestar una protesta en contra de algunas firmas comerciales, autónomas o particulares. Es obvio que los tiempos de crisis existen para todos lamentable es tener que reconocerlo y mucho más difícil padecerlo cuando la esperanza de mejora es tan verde y negra como diariamente nos machacan sin cesar.
El caso que me ocupa es referente a la distribución y propaganda de adhesivos como pegatinas, etc. que algunos individuos se dedican a clavar en portales, puertas, buzones de viviendas particulares y comunidades, lugares privados y sin ningún consentimiento ni permiso de los que sí dueños son, el incordio que resulta quitar dichas pegatinas y la fea imagen en la entrada y lugares comunes que en muchos caso se van amontonando por abandono e indiferencia de los mismos vecinos que uno por otro… ya se entiende. Hasta aquí no estoy descubriendo nada nuevo puesto que el tema no es novedoso por mucha crisis ni la carencia de trabajo y ocupación de algunas personas autónomas independientes, también empresas que en tal caso tiene mucho mas delito pues para cubrir dichas necesidades de estas ofertas existen otros medios de difusión tales como páginas amarillas, guías de profesionales; oficios y servicios. Yo procuro archivar en mi agenda los números a los cuales pueda recurrir en caso de urgencia como cerrajeros, cristaleros, montadores de toldos, pintores etc. Jamás utilizar el muro del edificio o la farola de la esquina como agenda o recordatorio telefónico.
Podría ser una solución al tema que los constructores o dueños de inmuebles colocaran espacios tipo mural o pizarras donde sí poder ejecutar la exposición y propaganda de tal misión con el mismo riesgo que los buzones de propaganda que ya existen y que a mi pesar la mayoría no utilizan e insisten tocando el timbre (siempre algún vecino incauto) le facilitan abriendo la puerta y atascando los buzones particulares y demás riesgos que esta operación conlleva.
Me gustaría saber si alguien puede explicarme: que derecho tienen los susodichos para poder utilizar mi propiedad para inundarme de estos reclamos o cochinadas a los cuales nunca se les coge en el preciso momento de cometer la fechoría.
Quedo a disposición de todas las personas que estén de acuerdo con dicho manifiesto, también con las que no lo estén para discutirlo si se disponen, siempre.

Pedro Carbonell