Es cierto que, en esta ocasión, afortunadamente, no ha habido desgracias de accidentes mortales de jóvenes en las carreteras, atentados terroristas, fallecimiento de hombres de destacado significado en la Política, Corporaciones Municipales,Bellas Artes, etc...., por los que sin duda se hubiesen declarado días de Luto en el Pueblo con las correspondientes manifestaciones silenciosas; no, se nos ha ido un alma buena, que realizaba una labor silenciosa de ayuda al prójimo, sin manifestaciones ni vocerío y sin fijarse a quien hacia el bien.-
José Luis Sáiz, para los que le conocimos: un santo.
En este Mundo de corrupción, egoísmo, odio, mentiras, malversación, promesas incumplidas, avaricia, etc..., y todas las demás lacras de nuestros tiempos como el paro, la falta de principios, la falta de una educación al servicio del prójimo, la falta de respeto y la ausencia de humanidad en general; surge, aunque desgraciadamente muy pocos, personajes que se entregan voluntariamente a los demás, sin compensación material alguna, y con la única recompensa de llegar a casa gratificado y con el deber de auxilio al prójimo, dentro cada una de sus posibilidades, perfectamente conseguido.-
José Luis Sáiz, a pesar de las “zancadillas” que se han puesto a su labor y también las que se ponen a otros voluntarios que como él, solo pretenden ayudar y cuidar a los necesitados, cada uno dentro de su ámbito de experiencia; era como un roble,
Ya que aunque últimamente estaba algo decepcionado con la actitud de gente de su entorno, siguió luchando hasta el final como solo lo hacen los héroes y los valientes.
Desde estas líneas, y desde la redacción de este periódico nuestro, que siempre está a la vanguardia de la noticia de nuestro pueblo, te digo: José Luis, desde aquí y allá donde tú estas ahora, quiero que sepas que aunque los reconocimientos terrenales en forma de medallas, distinciones públicas, fotos, etc..., nunca te llegaron, en el corazón de todos los que conocimos tu labor y tu persona tienes el mayor galardón que se pueda conceder y que, por desgracia, todos los que presumen de poderosos ahora, nunca conseguirán: el amor y la gratitud de la gente de bien y sobre todo del Altísimo.-
Descansa en paz, amigo; y sobre todo reza por este mundo que no sabe a donde va.

Manuel Magaña Cases