En España 3 de cada 10 niños abandonan sus estudios, en Europa la mitad. Es cierto que hay países con tasas cercanas a las nuestras como Portugal (27 %), pero si tenemos una visión de futuro y si intentamos mejorar, deberíamos fijarnos en países como Finlandia o Polonia (5%). Mientras nuestros vecinos europeos aplican políticas para rebajar la tasa de fracaso escolar (tasa media del 15%), en España (con una tasa del 30%) nos distraemos con prohibiciones, libertades y cambios que, en su mayoría, no nos han aportado más que quebraderos de cabeza para alumnos, profesores y padres.
A nuestros gobernantes (sean del color que sean) parece que les preocupe más si colgamos o no los crucifijos o el retrato de Sus Majestades de las paredes, si deben llevar los alumnos uniforme o no, si impartimos ‘Educación para la Ciudadanía’ o lo llamamos ‘Educación Cívica Constitucional’. Da la impresión que quieren confundir o distraer a la población con estos cambios, muchas veces inútiles, para disfrazar, y en muchos casos ocultar, la mala gestión que realizan nuestros gobernantes.Parece ser que si distraen a la población para que discutan por cambios inútiles, de esta manera no se habla de la mala gestión que realizan mientras gobiernan.
Sin embargo, lo más grave es que todos estos cambios provocan un desconcierto en los alumnos que se ve fuertemente afectado en su rendimiento académico, más bien contaminado por dichos cambios cíclicos que por la concentración que requiere el temario que deben aprender. ¿De verdad se piensa en el futuro de nuestros jóvenes cuando se hacen las reformas educativas? ¿Creen que mejora el rendimiento de los alumnos? ¿Mejora la educación en nuestro país si creamos la LOGSE en 1990, la LOCE en 2002, la LOE en 2006 y la LOMCE en 2013?